Por fin ha hecho oficial el RBB la marcha de Van der Vaart al FC Midtjylland de la liga danesa. El jugador holandés ya posó ayer con la elástica de su nuevo equipo, donde jugará cedido las dos temporadas que le quedan de vinculación con el club heliopolitano. De esta manera, el Betis palía en parte el daño económico y deportivo causado con la llegada del futbolista el pasado verano de la mano de Eduardo Macià. Aunque tendrá que encargarse de abonar la mitad de la sustanciosa ficha del tulipán, con esta operación logra eliminar del vestuario a un futbolista que ha demostrado una alarmante falta de profesionalidad, además de una nula implicación y un desastroso estado de forma.
Fue aquella larga y cálida noche de verano, allá por el año 1977. El Real Betis Balompié logró coronarse campeón de la primera Copa del Rey, tras derrotar contra todo pronóstico a un rutilante Athletic de Bilbao. Aquella gesta afianzó ese Manquepierda inherente al club de las Trece Barras, ese aire mágico de una sociedad de ascendencia inequívocamente masónica. Nada de conformismo, siempre a por la victoria, incluso cuando los astros señalan que no es el día.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario