El RBB ha cuajado esta noche una pobrísima impresión en el tradicional Trofeo Colombino disputado en la ciudad de Huelva. Contra todo pronóstico, el Decano del fútbol español se ha alzado con la victoria final, a pesar de la convulsa situación que está viviendo, donde lucha con todos los medios a su alcance para evitar la disolución de la entidad. El cuadro heliopolitano, tras la derrota sufrida el pasado sábado ante el Montpellier, ha vuelto a mostrar una imagen frágil y deslavazada, sin saber bien a qué juega y dando claros síntomas de debilidad. Estas derrotas deben servir para que los técnicos alcen fuerte la voz y exijan al Consejo las necesidades del plantel que deben ser cubiertas para evitar que la mediocridad se imponga una vez más.
Tal y como era previsible, Poyet utilizó dos onces distintos para cada partido, repitiendo únicamente Piccini en ambos al ser el único lateral derecho nato desplazado hasta Huelva por la baja de Rafa Navarro. El torneo comenzó con el encuentro entre el Recreativo y el Córdoba CF, saldado con victoria de los locales (1-0), que también se impusieron en la tanda de penaltis, programada a la finalización de cada encuentro por la organización del torneo para dilucidar los potenciales desempates que se pudieran producir. A las 21:00 llegaba el turno de los béticos, que saltaban al denostado terreno de juego del Colombino con un once compuesto por Adán, Piccini, Mandi, Pezzella, Durmisi, Petros, Dani Ceballos, Cejudo, Joaquín, Nahuel y Álex Alegría. Enseguida pudo apreciarse la descolocación del equipo, la distancia entre líneas, la prácticamente nula verticalidad y las pérdidas constantes de balón. El Córdoba avisó pronto de sus intenciones y se fue sin complejos a por la victoria. Pezzella y Mandi se veían incapaces de imponer su jerarquía, Piccini no cerraba su banda y solo Durmisi ofrecía variantes en el juego. Ceballos estaba muy solo en la medular, Petros directamente no carburaba como medio de cierre y se veía superado una y otra vez. Los flancos, ocupados por Nahuel y Joaquín, apenas conectaban con Alegría, simplemente voluntarioso. Mención especial merece el caso de Cejudo, profesional intachable que, no obstante, partido a partido se ve incapaz de ocultar sus carencias. Sin embargo, se trata del futbolista más empleado por Poyet durante la pretemporada, algo que, honestamente, no alcanzo a comprender. El jugador de Puente Genil combina los desaciertos con altas dosis de inseguridad en todo lo que aborda, descomponiendo la medular por culpa de las continuas pérdidas de balón y sus propuestas alocadas. El Córdoba se impuso por dos goles a cero y bien podrían haber sido más ya que Adán tuvo que desbaratar in extremis alguna que otra acometida que pudo haber hecho aún más sonrojante la derrota. Tras la finalización del partido se disputó la tanda de penaltis, en la que se impusieron los heliopolitanos gracias a dos paradas de Adán, situación esta que le permitía al equipo tener aún opciones matemáticas de alzarse con el triunfo final si lograba vencer al Recreativo.
Pero no fue así. Frente a los onubenses, Poyet colocó al resto de la expedición, repitiendo en la alineación únicamente el italiano Piccini, junto a Manu Herrera, Bruno, José Carlos, Álex Martínez, Felipe, Jonas, Fabián, Zozulia, Musonda y Rubén Castro. El esquema fue similar al propuesto frente al Córdoba y, aunque con esta versión se pudo ver algo más, el equipo fue incapaz de superar al cuadro choquero, que la temporada que viene competirá en el grupo IV de la segunda división B. Los locales sabían que si lograban empatar frente a los verdiblancos lograrían llevar a sus vitrinas por décimo tercera vez la preciada carabela de plata y con esa intención afrontaron el encuentro. Los hombres de Poyet llevaron, como no podría ser de otro modo, la iniciativa durante los cuarenta y cinco minutos pero fueron incapaces de perforar la meta onubense. El equipo no sufrió en defensa, pudiendo apreciarse buenos gestos en la figura del canterano José Carlos. En la medular se notó especialmente el empuje del chileno Gutiérrez, que mandó un balón al larguero en el saque de una falta. Zozulya demostró su temperamento pero hasta el momento no se le ha visto otra cosa que no sea intensidad. Musonda lo intentó varias veces sin éxito y Castro apenas tuvo ocasión de probar su olfato goleador. Con el empate inicial a la finalización de la contienda, no fue necesario acudir a la preceptiva tanda de penaltis para que el Recre pudiera festejar junto a su afición la consecución de su trofeo.
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