La planificación bética sigue con un ritmo frenético de entradas y salidas. El club ha hecho oficial este mediodía el traspaso de Bruno al Getafe CF, movimiento que difundieron ayer los medios y al que solo le faltaba el reconocimiento médico del jugador en su club de destino para convertirse en una realidad. A través de una escueta nota informativa, el club ha agradecido al central tinerfeño su paso por el conjunto verdiblanco y le ha deseado la mejor de las suertes en el futuro. Bruno ha defendido la camiseta bética las tres últimas temporadas, en las que ha disputado un total de 85 partidos (48 en primera y 33 en segunda), anotando tres goles. El zaguero chicharrero recaló en Heliópolis en la temporada 2014-2015 con la carta de libertad procedente del CD Tenerife. Durante las dos primeras temporadas gozó de gran protagonismo en el once, a pesar de sus limitaciones, sin embargo, en la última perdió el puesto de titular, sobre todo tras la llegada al banquillo de Víctor Sánchez del Amo, y solo disputó 16 encuentros. La vacante dejada por Bruno será cubierta presumiblemente por Jordi Amat, cuya llegada procedente del Swansea inglés será oficializada en las próximas. La mano de Serra Ferrer se está notando y de qué manera, habiendo sido capaz el balear ya de colocar en el mercado a Piccini, Petros y ahora Bruno, por quien el club getafense abonará al Betis una cantidad cercana al millón de euros.
Fue aquella larga y cálida noche de verano, allá por el año 1977. El Real Betis Balompié logró coronarse campeón de la primera Copa del Rey, tras derrotar contra todo pronóstico a un rutilante Athletic de Bilbao. Aquella gesta afianzó ese Manquepierda inherente al club de las Trece Barras, ese aire mágico de una sociedad de ascendencia inequívocamente masónica. Nada de conformismo, siempre a por la victoria, incluso cuando los astros señalan que no es el día.
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