El segundo encuentro amistoso de la pretemporada bética se ha saldado esta tarde con un inquietante empate a dos goles que sigue sin despejar las dudas que sobrevuelan sobre esta plantilla. Resultaría medroso justificar este despropósito con el exceso de trabajo físico acumulado en las piernas de los futbolistas, las bajas o las probaturas del entrenador. ¿Es que acaso el rival no se encuentra en idéntica fase de preparación? La imagen ofrecida hoy ante un equipo que militará la próxima temporada en tercera división fue sencillamente nefasta, sobre todo en la primera mitad, y para ello no existe exculpación posible. Setién, no sabemos si intencionadamente, alineó en la primera mitad un equipo plagado de suplentes, sin ninguna de las nuevas incorporaciones y el experimento resultó espantoso. El técnico cántabro colocó de inicio sobre el césped del Estadio Antonio Barbadillo a Valles, Rafa Navarro, Mandi, Tosca, Durmisi, José Carlos, Aitor, Brasanac, Fabián, Redru y Zozulia.
Cualquier aficionado sabe que, salvo Durmisi, todos los integrantes de esta once son del todo prescindibles, si a lo que se aspira es a algo más que a pasar apuros en el campeonato. El cuadro local se adelantó ante de los diez minutos, jugada que llegó precedida de nuevo por un despiste defensivo garrafal y una cantada del portero. Los verdiblancos exhibieron endeblez defensiva, lentitud, falta de verticalidad y nula presencia arriba, destacando el tiro al palo de Zozulia como única ocasión clara de gol. En el segundo acto Setién dio minutos a otros once hombres, con Pedro en portería, Barragán, Pezzella, Nacho González, Junior, Amat, Joaquín, Camarasa, Narváez, Nahuel y Sergio León. Mejorar las prestaciones de la primera mitad se antojaba sencillo. Se notó la presencia de Camarasa en la medular, las llegadas por banda y la presión arriba, fruto de lo cual el equipo logró darle la vuelta al marcador. Camarasa desde la frontal y un tanto en propia meta colocaron por delante al Betis en el marcador pero un nuevo error de bulto propició el empate del Arcos. No es necesario alarmarse a estas alturas pero este equipo precisa de cinco o seis incorporaciones de forma innegociable, todos ellos futbolistas que vengan a pelear por un puesto de titular. Todo lo que se aleje de esta premisa conllevará sufrimiento. El aficionado lo vi por televisión y Serra Ferrer en la grada.
Cualquier aficionado sabe que, salvo Durmisi, todos los integrantes de esta once son del todo prescindibles, si a lo que se aspira es a algo más que a pasar apuros en el campeonato. El cuadro local se adelantó ante de los diez minutos, jugada que llegó precedida de nuevo por un despiste defensivo garrafal y una cantada del portero. Los verdiblancos exhibieron endeblez defensiva, lentitud, falta de verticalidad y nula presencia arriba, destacando el tiro al palo de Zozulia como única ocasión clara de gol. En el segundo acto Setién dio minutos a otros once hombres, con Pedro en portería, Barragán, Pezzella, Nacho González, Junior, Amat, Joaquín, Camarasa, Narváez, Nahuel y Sergio León. Mejorar las prestaciones de la primera mitad se antojaba sencillo. Se notó la presencia de Camarasa en la medular, las llegadas por banda y la presión arriba, fruto de lo cual el equipo logró darle la vuelta al marcador. Camarasa desde la frontal y un tanto en propia meta colocaron por delante al Betis en el marcador pero un nuevo error de bulto propició el empate del Arcos. No es necesario alarmarse a estas alturas pero este equipo precisa de cinco o seis incorporaciones de forma innegociable, todos ellos futbolistas que vengan a pelear por un puesto de titular. Todo lo que se aleje de esta premisa conllevará sufrimiento. El aficionado lo vi por televisión y Serra Ferrer en la grada.
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