domingo, 23 de abril de 2017

RC Celta vs Betis (0-1)


   Comparecía el RBB en el estadio de Balaidos ante un Celta diezmado por las innumerables bajas. El conjunto de Berizzo no se jugaba prácticamente nada y el técnico argentino decidió reservar para esta cita liguera a sus mejores hombres, tras el heroico pase a semifinales de la EL logrado el pasado jueves en tierras belgas. En este contexto, el equipo verdiblanco supo aprovechar la inmejorable oportunidad que le ofrecía el calendario para traerse todo el botín de Vigo y encadenar por vez primera en lo que va de temporada dos victorias consecutivas. Aunque era practicamente un hecho tras la victoria lograda ante el Éibar, el triunfo consolida el paupérrimo objetivo de la salvación (podría ser matemático la próxima jornada) y tranquiliza un poco más los ánimos deportivos, pero no esconde la desoladora realidad de un equipo que precisa ser transformado masivamente si pretende  acceder a cotas más ambiciosas.
Los hombres de VSDA cuajaron esta tarde un encuentro aceptable, serio y solvente, haciéndose acreedores a lo largo de los noventa minutos a una victoria que fue madurada en una primera mitad de dominio abrumador y sentenciada en la segunda tras una estupenda jugada colectiva que nació en las botas de Ceballos y finalizó con un enérgico cabezazo de Brasanac.

   Víctor tuvo que desplazarse a Vigo con todos los jugadores disponibles debido a las bajas por lesión de Piccini y  Sanabria y a los sancionados Jonas Martin y Pezzella. Rubén Castro se cayó sorpresivamente del once inicial, prefiriendo el técnico madrileño dar continuidad a la dupla ofensiva que tan buen resultado le proporcionó al equipo en el último choque disputado en Villamarín, con Joaquín de enganche y Álex Alegría como único delantero puro. Por más que se empeñen y quieran vendernos que Castro enfila ya el ocaso de su carrera, en este Betis el delantero canario debe ser un fijo en las alineaciones. Sea como fuere, el cuadro heliopolitano salió mandón al partido desde el primer minuto y suyas fueron las ocasiones de gol. Joaquín tuvo la primera clara para haber inaugurado el marcador, tras arrancar desde el costado izquierdo en una jugada marca de la casa, pero su derechazo fue repelido por Sergio Álvarez. Instantes después fue Alegría el que probó desde la frontal pero el chut se marchó ligeramente desviado junto al palo derecho. El ariete extremeño, muy activo durante todo el primer acto, lo intentó de nuevo con un disparo desde el pico del área que resolvió el meta céltico sin problemas. Alegría y Joaquín dispusieron de dos nuevas ocasiones antes del cuarto de hora, pero la buena propuesta ofensiva no obtenía el premio deseado. Un disparo de Ceballos se estrelló contra el lateral de la red al filo de la media hora de juego. El Betis dominaba el choque a placer a base de posesión, verticalidad, juego rápido pero sus llegadas eran estériles. Los locales apenas tuvieron el balón durante todo el primer tiempo pero en la recta final una falta de entendimiento entre Joaquín y Mandi pudo haber puesto el encuentro cuesta arriba. El despiste defensivo permitió que Bongonda se plantara solo delante de Adán pero el meta madrileño salió al rescate en el mano a mano y deshizo el peligro. La jugada tuvo continuación en un saque de esquina mal defendido por la zaga bética pero el marcador no se movió, a pesar de que Jozabed cabeceó muy solo.

   El dominio no fue tan intenso tras el paso por vestuarios aunque las acometidas seguían repitiéndose con una inusual frecuencia. Guidetti tuvo la primera ocasión clara del segundo tiempo pero Adán fue dejando sin ángulo al ariete sueco del Celta y su disparo acabó mansamente en las manos del meta bético. A renglón seguido sería Durmisi el que probaría fortuna pero el resultado fue el mismo. A los diez minutos de la reanudación llegó la jugada del gol, un ejemplo de juego colectivo velocidad y anticipación. Ceballos abrió a la llegada por la izquierda de Durmisi, el lateral danés se proyectó en ataque y colocó un centro preciso que Brasanac cabeceó en plancha para batir la meta de Sergio Álvarez. El serbio, todo corazón, remató con todo después de acompañar la vertiginosa progresión de Durmisi, imponiéndose en el remate a Marcelo Díaz. El Betis no pasó apenas apuros para mantener la ventaja a pesar de que el Celta intentó exponer algo más en su juego. A falta de diez minutos para la conclusión un fatigado Joaquín dejó su sitio a Rubén Castro, que estuvo a punto de ver puerta con el tiempo ya cumplido. Wass, que había entrado en el partido a falta de veinte minutos, lo intentó hasta el último instante y el danés dispuso en sus botas de la última ocasión de su equipo, aunque su desesperado chut se perdió junto al palo derecho de Adán. Victoria que no sirve para sacar pecho. Un rival poco reconocible, encomendado en cuerpo y alma a la suerte europea, facilitó las cosas a un Betis que probablemente desplegó el juego más vistoso de toda la temporada. 
   

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