Betis vs Villarreal CF (0-1)

   Desconozco si los responsables de que esta temporada se haya convertido en una nueva decepción para una afición empachada de mediocridad serán capaces de seguir parapetados en el desvergonzado  discurso utilizado hasta ahora para tapar la evidencia. Ya no es solo cuestión de no haber alcanzado el objetivo propuesto, lo verdaderamente doloroso de toda esta situación reside en la certeza de que los actuales dirigentes no cuentan con el conocimiento para encabezar el proyecto, el director deportivo ha atentado en reiteradas ocasiones contra la inteligencia del bético con esa particular percepción del nivel los refuerzos, el técnico no está preparado para encabezar un proyecto de esta enjundia y la plantilla es sencillamente insuficiente para encarar un proyecto de mayor enjundia. Resulta desastroso para el aficionado confirmar que hay que empezar otra vez desde el principio pero es aún más descorazonador constatar que, salvo milagro, todo continuará igual
¡Qué aburrimiento! La nueva derrota verdiblanca cosechada esta noche puso por fin de acuerdo a toda la grada, que no dudó en señalar a la directiva y al técnico como causantes principales de este despropósito. Tal y como advertí tras el batacazo de Cornellà-El Prat, apostaría a que VSDA no continuará en el equipo la próxima temporada, a pesar de haber sido ratificado por Torrecilla y López Catalán jornadas atrás. Pudiera ser incluso que el devenir de los acontecimientos no le permitieran ni tan siquiera finalizar la presente campaña. Habrá que ver que ocurre con Torrecilla y el Consejo, los auténticos promotores de este fracaso con mayúsculas.

   El encuentro comenzó con esas buenas sensaciones a las que se refería Torrecilla durante esa ya célebre y nauseabunda comparecencia en la que hizo balance del segundo tercio de campeonato. Pero como casi siempre, mucho ruido y pocas nueces en el desempeño de un equipo brioso que se vio frenado por su propia incapacidad. Este primer acto fue la repetición de otros tantos partidos en los que el equipo vio penalizada su escasa verticalidad, con un Ceballos que se encuentra casi siempre demasiado solo en labores de creación. Piccini fue el único cambio con respecto al equipo que cayó derrotado el pasado martes en Barcelona. Sanabria gozó de una buena ocasión a los pocos minutos de dar comienzo el choque. La jugada nació en un error garrafal de Víctor Ruíz al intentar despejar un centro desde la derecha, el balón acabó en las botas del paraguayo pero anduvo demasiado lento para rematar y le concedió a Musacchio unos segundos preciosos para enviar el balón de forma providencial a córner. A los diez minutos de juego Sansone se zafó con un buen gesto técnico de la presión ejercida por toda la medular bética, se proyectó hacia la portería y su duro disparo se perdió muy cerca del palo izquierdo de Adán. Instantes después le llegó la ocasión a un desasistido Rubén Castro, que puso a prueba a Andrés Fernández con un duro disparo abajo que acabó sin consecuencias. A renglón seguido llegó la situación de gol más clara del primer acto, de nuevo con Sansone de protagonista, pero Adán logró salir victorioso en el mano a mano y deshizo el peligro. El meta bético fue de nuevo determinante puesto que el delantero italo-germano se había plantado solo tras recibir un sensacional pase al hueco. El mayor empuje local se fue diluyendo con el paso de los minutos y en los compases finales del primer tiempo Adrián gozó de una ocasión inmejorable para abrir el marcador. Jonathan Dos Santos se hizo con la posesión en el pico del área y metió un centro  en la olla que el delantero amarillo cabeceó picado fuera por poco. Pitos.

   El Villarreal desequilibró la balanza al minuto de la reanudación. Sansone se perfiló en tres cuartos de campo y recibió el apoyo de José Ángel en banda izquierda. El lateral asturiano alcanzó la línea de fondo, se deshizo de Piccini hasta en dos ocasiones en la misma jugada y centró, a pesar de que Pezzella había acudido en la ayuda, para que Adrián, a puerta vacía, anotara el primero de la noche. Joaquín salió al rescate por un penoso Piccini pero la ansiada mejoría no llegó. Ceballos se echó el equipo a la espalda pero la línea de creación no lograba conectar con los delanteros y las ocasiones llegaban con cuenta gotas. A la hora de partido Pezzella estuvo a punto de empatar pero su cabezazo se marchó desviado junto al palo derecho de Fernández. El rival jugaba a medio gas pero la circulación resultaba demasiado lenta y las intenciones escenificaban el quiero y no puedo en el que se ha convertido la temporada. A falta de un cuarto de hora Víctor decidió jugarse el todo por el todo, retirando del terreno de juego a Tosca, que había salido retratado en la foto del gol, y Brasanac. Con el ingreso en el partido del holandés Donk y Álex Alegría el entrenador pretendía ganar presencia en ataque. Precisamente el canterano estuvo a punto de cazar en boca de gol un chut envenenado de Rubén Castro, que había recibido de Pardo, pero la ocasión se perdió sin consecuencias para el marcador. Estuvo cerca el Villarreal de cerrar el partido instantes después pero el disparo de Bakambu se estrelló contra el palo. El francés de origen congoleño se deshizo del marcaje de Donk, que vio pasar indolente un avión por su lado, pero marró en la definición. Con el tiempo cumplido Ceballos comprobó desesperado como su postrero remate se estrellaba también contra el poste. El canterano no pudo contener su rabia en zona mixta y, apesadumbrado, apeló al trabajo para sacar al equipo de esta racha. En fin, está todo dicho. El potencial, el apoyo de la afición y los mimbres se quedarán siempre en nada si los que gestionan el destino del equipo no tienen el conocimiento para ello.