miércoles, 15 de abril de 2015

El Semáforo de la Plantilla del Real Betis Balompié

     El inexcusable objetivo de regresar a primera división está bien encauzado y su más que probable culminación devolverá al club a la única categoría que deportivamente le identifica con su afición. Una vez que el ascenso quede certificado, los responsables de la parcela técnica tendrán la intrincada tarea de confeccionar una plantilla que ofrezca plenas garantías para afianzar al club en la élite. Supongo que el recién llegado Macià habrá apreciado las carencias que presenta el equipo, procupantemente cuantiosas a pesar de la posición de privilegio que ahora mismo ostenta en la tabla. Entiendo que el club debería dar la baja a no menos de quince futbolistas de su actual nómina y reemplazarlos por otros que favorezcan la consolidación definitiva del Real Betis Balompié dentro de la nobleza futbolística del país.  

      A mi modo de ver, los nombres de los futbolistas que deberían abandonar de forma taxativa la disciplina del club son los que retumban en la consciencia de cualquier aficionado. Por propio desprestigio acumulado en el césped, Jordi Figueras, Héctor Rodas, Caro, Molinero, Casado, Matilla, Cejudo, Nono, Sergio Rodríguez y Chuli acaparan casi todo el espacio de esta lista negra. De forma menos apremiante, sería conveniente que el club lograra deshacerse de Varela, Álex Martínez, Lolo Reyes y Xavi Torres. Todos estos descartes han exhibido una pobreza de juego alarmante y en ningún caso han otorgado a la plantilla de un nivel superior al existente antes de arribar a Heliópolis, razón por la cual deben ceder sus puestos a otros que verdaderamente concedan robustez y pedigrí a cada línea del juego. Lamentablemente, la mayoría de estos jugadores señalados por las trágicas evidencias tienen contrato en vigor y resultará muy costoso rescindir su vinculación con el club.

        La puerta está bien protegida con Adán y Giménez. En el centro de la defensa, el único jugador que ha demostrado solvencia es Bruno. Jordi Figueras no está capacitado para competir en primera división, Hector Rodas apenas ha entrado en los planes del preparador y cuando lo ha hecho no ha dado muestras de elevar el nivel de la zaga y Caro parece haber perdido su tren cuando esta temporada en el pozo se le presentaba como una ocasión propicia para dar el salto. En los flancos, Casado debe salir de forma impostergable y Molinero, aunque tiene ciertos bríos en ataque, ha puesto de manifiesto un millón de veces sus carencias defensivas. Varela es titular indiscutible en el actual Betis pero eso no oculta su pusilanimidad. Piccini ha estado lastrado durante casi toda la temporada por culpa de las lesiones y este tramo final de campeonato se antoja crucial para comprobar si es capaz de convencer a los técnicos que deben que decidir sobre su continuidad. Álex Martínez apura los últimos días de recuperación tras su gravísima lesión de ligamentos y aunque parece el más dotado de los laterales ello no le otorga demasiadas prerrogativas para permanecer en la primera plantilla. En conclusión, los técnicos harían bien en contratar a dos o tres centrales y a un lateral para cada costado.

      En la medular, Matilla, Nono y Sergio Rodríguez deben tener los días contados. A Lolo Reyes y Xavi Torres no se les puede negar una encomiable entrega y perseverancia pero están muy limitados técnicamente. A N´Diaye le sucede un poco más de lo mismo pero el africano tiene un contrato de larga duración y está situado en el tope salarial del club con lo que parece improbable que pueda abandonar el equipo. Portillo y Ceballos son los hombres del plantel que aportan más desequilibrio y verticalidad y Fabián tiene una envidiable proyección. Con todo, es imperioso que el club se haga con un jugador que contribuya a la creación de juego y otro que otorgue músculo. En los extremos, la aportación de Pacheco es insuficiente, Cejudo ha representado una de las más sonoras decepciones de la temporada y Vadillo sigue siendo una incógnita por el lastre que pueden constituir sus lesiones de rodilla. Por ello, el club prosperaría con la incorporación de dos extremos, uno por cada banda, que sean capaces de desnivelar y abrir el campo.

       Donde el equipo tiene más crédito es en la delantera. La excepción a este aceptable rendimiento está protagonizada por Chuli. El onubense, a pesar de las sobresalientes prestaciones ofrecidas en el CD Leganés, club donde juega en calidad de cedido, no debe vestir la elástica verdiblanca ni un solo día más. Rubén Castro ha pasado a la historia del club como el más anotador de su centenaria historia. A pesar de sus 33 años y de no pasar por su mejor momento, conserva el olfato goleador que tantas alegrías nos ha proporcionado. Junto a él, Molina es un dechado de pundonor y profesionalidad y Mel extrae todo lo bueno que habita en sus botas. Igualmente, merece continuar. Rennella acaba de renovar y todos estamos convencidos de que si goza de cierta continuidad ofrecerá su mejor cara anotadora. No obstante, estas circunstancias no deben relajar a los técnicos ya que de hacerlo incurrirían en el mismo error de la pasada campaña. Deben rastrear el mercado sin descanso hasta que topen con un ariete contrastado que pugne la titularidad a Rubén Castro, nuestro mejor baluarte.

El equipo necesita una revolución en casi todas sus líneas.

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