sábado, 25 de abril de 2015

Deportivo Alavés vs Betis (1-2)

     El RBB ha puesto la velocidad de crucero para que nadie pueda interponerse en su objetivo. El conjunto verdiblanco ha logrado esta tarde la quinta victoria consecutiva y se afianza en el primer puesto de la tabla clasificatoria, acechando en la psique de unos perseguidores que mañana afrontarán sus compromisos. La confianza es algo verdaderamente relevante en la vida y un buen ejemplo de ello es la actitud de los hombres de Mel cuando saltan al campo. Mendizorroza era un territorio hostil, el conjunto alavesista ha conseguido hacer de su estadio un fortín. El encuentro de los hombres adiestrados por Alberto fue realmente bueno pero el RBB tiene mucha pólvora arriba y un seguro bajo palos, lo cual parece ser suficiente para aventajar con cierta holgura al resto de equipos de esta liga Adelante. El conjunto vitoriano saltó al césped sin complejos, con todos los sentidos puestos en la meta de permanecer imbatido en su feudo una semana más y lograr que los puntos se quedaran en casa. El Betis inicio el envite con cierta desenvoltura en el manejo del balón y llegaba a la meta rival con relativa facilidad. Mel organizó de inicio el equipo con una pareja de pivotes escasamente creativa (Torres y N´Diaye) y sentó en el banquillo a Ceballos. El canterano había arrastrado molestias durante la semana y el técnico prefirió reservarlo. En su lugar salió Kadir que comenzó con bastante vitalidad pero se diluyó demasiado pronto. 

Celebración del segundo tanto.
     El cuadro heliopolitano se defendía con suficiencia y cuando estaba apunto de alcanzarse el primer cuarto de hora de partido, Casado, que repetía en la titularidad ante la ausencia de Varela, se percató de la situación de Rubén Castro por el flanco izquierdo. El canario progresó y con el exterior de su bota derecha puso un balón de cine a Molina que, entrando por el centro, logró ganar la posición a los centrales y batió a Goitia. Cuando esta pareja de leyenda se alía casi siempre ocurren cosas. Pero el gol no trajo buenas noticias para el juego verdiblanco ya que a partir de ahí empezó a verse superado ampliamente por las arremetidas locales. El equipo había conseguido ponerse por delante gracias a la magia de sus hombres de arriba pero esta situación no amilanó al cuadro local y si el resultado no se movió más en el primer acto fue gracias a la afortunada actuación de Adán. Especialmente reseñable fue la intervención en la que Manu remató a escasos centímetros de la línea de gol pero una mano inverosímil del guardameta madrileño se interpuso en las intenciones del ariete alavesista. 


       El segundo tiempo comenzó con la misma dinámica. El centro del campo bético no carburaba y el equipo pasaba verdaderos apuros para mantener la ventaja. N´Diaye siempre aporta presencia pero cuando el balón pasa por sus pies se suceden los errores. Mientras tanto, Kadir y Portillo pasaban casi de forma inédita por el partido. Mel se hartó de ver lo que ocurría y antes de llegar a la hora de partido movió el banquillo. El argelino Kadir dejó su sitio a Ceballos y el encuentro cambió. La sustitución tuvo más repercusión en lo psicológico que en el propio juego del equipo ya que la presencia del joven canterano pareció hacer recular al conjunto local. Lo cierto es que esta situación le dio algo más de frescura y el Betis comenzó a llegar de nuevo. En una de estas jugadas Rubén Castro abrió para el enrachado Molina pero su chut se estrelló en la cruceta. Instantes después, Castro lo intentó desde la frontal aunque su lanzamiento se perdió a la derecha de Goitia. Sin embargo, a falta de veinte minutos para la conclusión, el canario fue derribado junto a la corona del área al recepcionar un sensacional pase que Portillo había puesto por encima de la defensa. Rubén hizo suyo el balón de inmediato y su magistral lanzamiento al palo del portero significó el segundo tanto bético. El partido parecía estar casi sentenciado pero el ímpetu local volvió a acorralar a los hombres de Mel y la defensa se las vio y se las deseó para achicar los muchos centros que llegaron al área. Casado estuvo muy acertado desviando a córner un balón que ya esperaban en boca de gol dos jugadores blanquiazules. Sin embargo, en la siguiente jugada el colegiado decretó una falta en la frontal del área verdiblanca que los locales ejecutaron con celeridad y, tras un fallo en cadena de la defensa, el balón llegó franco a Toti y lo puso en la red. El Alavés recortaba de este modo la distancia y devolvía toda la emoción al encuentro. Mel sacó del campo a Molina y puso a Rodas para amarrar el resultado como fuera. El equipo alavesista lo intentó hasta el pitido final, balón al larguero incluido, pero el marcador no se movió más y los tres puntos volaron a Sevilla. El equipo de Mel supo sufrir, la defensa en líneas generales estuvo acertada y un Adán inconmensurable salvó a los suyos. El ascenso cada vez está más cerca.

Un coloso bajo los palos.

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