domingo, 19 de abril de 2015

Betis vs Real Zaragoza (4-0)

     El RBB va lanzado a por el inexcusable objetivo de recuperar la categoría lastimosamente perdida la pasada temporada. La afición comprueba alborozada como el equipo que adiestra Pepe Mel está ofreciendo su mejor versión en el tramo final del campeonato, justo en el momento en el que se decantan de un lado o de otro las metas propuestas. El Real Zaragoza se presentaba en Villamarín con ímpetu, no en vano está peleando por una de las plazas que posibilita jugar los play-off de ascenso. Sin embargo, los maños conforman hoy por hoy un grupo inconsistente y bisoño y los verdiblancos, con el viento a favor, no han tenido piedad y han aprovechado las facilidades ofrecidas para lograr un resultado concluyente y convincente.

    En la previa del partido, el técnico helipolitano tuvo que recomponer la convocatoria por diferentes motivos. A la baja de Xavi Torres, sancionado con un partido por los comités al cumplir ciclo de amonestaciones, se le unieron a última hora Rennella, con molestias en su rodilla izquierda, y Varela, que sufre un principio de neumonía y está siendo tratado de la misma en un centro hospitalario. De este modo, Álex Alegría suplió la baja en la citación del ariete franco-italiano y Casado, que salió de inicio, reemplazó la baja del canterano en el lateral izquierdo. En la medular, Ceballos se ubicó en el centro junto a Lolo Reyes y la novedad más llamativa fue la presencia entre los titulares del argelino Kadir, que salió en el flanco opuesto a Portillo. Arriba, sin cambios.

    Muy pronto el espectador percibió que el RBB se abalanzaba sin contemplaciones a por los tres puntos. Ya en los compases iniciales, Portillo, muy activo toda la mañana, logró combinar con Castro, quien a su vez se la cedió a Lolo Reyes que, llegando desde atrás, disparó con potencia pero el balón se perdió junto al palo derecho del meta aragonés. Era la premonición de una plácida y radiante mañana de Preferia en Heliópolis. Casado, aceptable su actuación en esta ocasión, dio el susto de la mañana, cayendo conmocionado tras un choque fortuito en la disputa de un balón. Finalmente, el incidente se saldaría sin consecuencias. El Real Zaragoza apareció un par de veces por el área bética y pudo inaugurar el marcador. La primera llegada estuvo precedida de una posible mano de Bruno dentro del área que el juez de la contienda no vio. A renglón seguido, Pedro culminó una buena jugada de Borja pero su lanzamiento se estrelló en el exterior del poste. Ahí murió el conjunto maño. Poco antes de alcanzarse la media hora de juego, Molinero, que hoy cuajó probablemente su mejor partido en verdiblanco, conectó en banda derecha con Kadir y el argelino se la cedió a Dani Ceballos que ya había observado a Molina dentro del área. El bravísimo delantero se acomodó el servicio del canterano con un sensacional control orientado y la puso en el palo largo, imposible para Bono. Instantes después, Castro se aprovechó de una fantástica triangulación de toda la línea atacante pero su disparo llegó sin mayores contratiempos a las manos del portero. En la segunda que tuvo el canario estuvo a punto de llevar el segundo tanto al marcador pero su testarazo, a centro de Kadir, se topó con el cuerpo de Bono y el poste. El 1-0 fue el resultado con que enfilaron los jugadores el túnel de vestuarios.

Júbilo en Villamarín.
   La segunda mitad comenzó con alguna tímida aproximación zaragocista pero el encuentro se rompió del lado local cuando una medida asistencia de Molinero llegó medida a la cabeza de Castro, que sin oposición, esta vez si hacía subir el segundo gol de su equipo al luminoso. Sobrepasada la hora de partido, un intento fallido de vaselina de Castro acabó con el balón de nuevo en las botas del canario, tras el titubeante despeje de la defensa, y sin mirar, lo colocó en boca de gol intuyendo la llegada de Molina. El delantero alcoyano no desaprovechó la oportunidad que le brindó su socio para batir a Bono a placer. El regocijo se instalaba en los corazones de los más de 32.000 espectadores que se habían dado cita en el coliseo verdiblanco. Hasta el final, un paseo para los locales y una tortura para un inocente Zaragoza. En la recta final del choque, una internada por banda del recién ingresado Vadillo concluyó con un balón en el interior del área que la zaga zaragocista tampocó atinó a despejar y Rubén Castro, el más listo de la clase, acertó a colocar en el fondo de las mallas para ponerle el broche a un partido perfecto. Solo el Girona y el Sporting aguantan el ritmo del RBB, pugnando por la segunda plaza a seis puntos de los verdiblancos. Las Palmas, con su derrota, se queda ya a nueve y el Valladolid, que no pasó del empate en casa, a diez. Panorama más que halagüeño para las huestes de Mel que a falta de ocho encuentros para el final del campeonato ven más cerca la consecución de la meta.

Rubén Castro anotó dos nuevos tantos con la camiseta bética.

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