domingo, 5 de abril de 2015

Betis vs CA Osasuna (3-0)

   
Una estrella en ciernes
    Estimado Sr. Mel, los conocimientos que usted atesora sobre este invento son indiscutiblemente más elevados que los del que ahora escribe. A buen seguro, está al tanto de las oscilaciones de los hombres que prepara y es conocedor de sus temperamentos y estados de forma mejor que nadie. Además, ha demostrado sobradamente estar capacitado para manejar los entresijos de un club donde ya es considerado, por méritos propios, uno de los mejores técnicos de su larga historia. Yo aposté por su regreso y maldije el día en que los resultados y los cuatreros que entonces desgobernaban la entidad le apartaron de "su" Betis. No obstante, hoy voy a poner en entredicho su decisión de condenar una vez más a la suplencia a Dani Ceballos. El canterano ha demostrado ser, de largo, el mejor futbolista de la plantilla, por calidad técnica y visión de juego, por desparpajo y garra. Además, contagia sus ganas y su beticismo y hace mejores a muchos de los inoperantes compañeros que aún defienden unos colores que le vienen grandes. Tiene solo 18 años y todo hace indicar que, más pronto que tarde, dará el salto a un club de relumbrón.

     La imagen ofrecida por su (nuestro) equipo en el primer tiempo volvió a ser calamitosa. Si al final del primer acto el marcador no señalaba una clara desventaja para sus (nuestros) intereses era porque el rival que hoy tenía enfrente demostró ser un equipo moribundo y en plena descomposición. No nos engañemos, fueron los desmerecimietos del oponente los que nos libraron de haber recibido otro correctivo sin paliativos, como el que hace quince días nos infringió un humilde conjunto de las afueras de Madrid. Ese triste capítulo que ya ha pasado a la fornida memoria de la guasa sevillana pudo haberse repetido hoy pero las huestes navarras encarnan la imagen perfecta del ahorcado, sus jugadores son un alma en pena que deambula por el campo. Aún así, los rojillos fueron claramente superiores en la primera mitad, consiguieron mover el esférico con cierta verticalidad ante la falta de oposición de sus hombres, Sr. Mel, y lograron sembrar una vez más el espanto en las gradas. No crearon peligro de verdad porque no carecen de recursos para ello pero rompieron su esquema e impidieron que sus jugadores se acercaran a las inmediaciones de Riesgo. Tenían el partido como ellos querían, "solo" les faltaba el gol. Todo esto que le expongo nos puede dar una idea del nivel de actitud y aptitud desplegado por sus hombres, Sr. Mel.

Celebración del primer tanto bético.
    En el segundo acto, cuando decidió por fin darle un papel al actor principal, el decorado cambió por completo. En rueda de prensa quiso usted aclarar que este movimiento ya lo tenía pensado pero no es de recibo que el equipo ofrezca la horrorosa actitud del primer tiempo, aunque le haya salido bien el experimento y se hayan sumado los puntos. Tras el paso por vestuarios la actitud del equipo fue otra bien distinta, el balón circuló con coherencia y el dominio fue aplastante. La metamorfosis provino, salvo que un criterio autorizado como el suyo me obligue a desdecirme, de la irrupción de ese chaval del que hemos hablado y que luce el 46. El miedo en las tribunas se transformo de inmediato en aplausos porque todos sabíamos que el gol, jugando así, no podía tardar en llegar. Al cuarto de hora de la reanudación el guardameta navarro acertó a despejar un buen lanzamiento de Molinero pero el rechace lo recogió Rubén Castro justo antes de que el balón rebasara por completo la línea de fondo. El canario se la cedió a Ceballos que, libre de marca en el interior del área, se deshizo de toda la defensa con una filigrana de fantasía y asistió a N´Diaye para que éste, en posición franca, inaugurara el marcador. El jugador africano se estrenaba así como goleador en el cuadro bético y lo hacía con cierto dramatismo, tras recoger él mismo y con cierta fortuna el balón que le llegó rechazado por la madera tras un primer remate que incomprensiblemente no entró, cuando solo tenía que empujarla. El conjunto pamplonica estaba noqueado pero había que rematar la faena. Poco después, Riesgo no atinó a blocar un balón que Varela había colocado en el área tras el saque de un córner, situación que aprovechó Rubén Castro para llevar la tranquilidad a un Villamarín exultante. El delantero no atraviesa por su mejor momento así que esta diana puede otorgarle nuevos bríos de cara a los envites finales del campeonato. Para cerrar el marcador, Rennella, que había sustituido a Castro, realizó un vistoso eslalón y asistió a Molina para que cerrar el marcador. El delantero alcoyano no había hecho tampoco un buen partido pero sumaba de esta manera por octava ocasión consecutiva en Villamarín, un dato nada desdeñable. Más lideres a falta de diez jornadas. Sr. Mel, no entienda mi reflexión como una perogrullada pero si comparecen los mejores en el césped los objetivos se alcanzarán más fácilmente.

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