domingo, 24 de mayo de 2015

Betis vs AD Alcorcón (3-0)

Recibimiento a los Campeones
       24 de Mayo de 2.015. 21:50 de la noche. El ascenso era ya un hecho consumado. Los casi 50.000 aficionados que se dieron cita hoy en el Benito Villamarín asistieron a una de esas jornadas memorables, una de esas noches plagada de emociones que permanecerán inalterables en el espíritu balompédico de los hinchas verdiblancos por mucho que pasen los años. Los de mi edad recordamos aquellas jornadas agónicas de Burgos, los goles de Gastón Casas en Jaén y el último ascenso en el AVE de vuelta tras haber caído derrotados ante el Nastic. Ahora hay que añadir esta nueva fecha. En esta ocasión todo coincidió para que la celebración pudiera ser íntima y personal, recogida, con los fieles que hemos aguantado todos los chaparrones de esta temporada interminable y los que se han agregado a la celebración cuando ya estaban casi todos los deberes hechos. El deseo de todos es que esta sea la última vez que obtenemos el galardón de mejor equipo de segunda, que aprendamos de los errores y que de una vez por todas los dirigentes estén a la altura de la afición y nadie ponga sus intereses por encima de los del escudo.

       El colorido de las gradas era deslumbrante. La crónica del partido es casi lo de menos. El RBB sabía que debía ganar ya que sus perseguidores habían hecho lo propio en sus compromisos. Mel puso en el césped a los mismos hombres que jugaron y ganaron en el Sardinero, con la excepción de los dos laterales. Los recursos para quitar la amarilla que vio Molinero en Santander no prosperaron, con lo que el preparador madrileño tuvo que recurrir a Piccini, recuperado del todo de sus dolencias. En el flanco opuesto, el técnico esta vez se decantó por el canterano Varela. El Betis salió a por el partido desde el arranque, había muchísimo en juego y el equipo no podía decepcionar a los suyos. El AD Alcorcón es un buen equipo y llegaba con cierta soltura a las inmediaciones de Adán, inquietando la integridad del marco que tan notablemente ha defendido a lo largo de todo el campeonato. Ceballos estuvo a punto de inaugurar el marcador pero su remate se quedó sin premio. A renglón seguido, Molina inició una contra fulgurante mediante un pase que habilitó la veloz carrera de Rubén Castro, quien con una vaselina de antología se deshizo de la salida del portero para llevar la locura colectiva a las gradas. El canario volvió a demostrar que a sus casi 34 años sigue siendo uno de los mejores arietes de nuestro fútbol y se ha convertido por méritos propios en un jugador de leyenda. El conjunto amarillo siguió intentándolo pero era el Betis el que generaba peligro de veras. El colegiado debió señalar penalti en un claro derribo del zaguero Djené a Molina pero la jugada quedó sin sanción para desesperación del delantero alcoyano. Poco después fue N´Diaye el que pudo haber duplicado la ventaja de su equipo pero no atinó a batir a Jiménez.

Exultantes
      En el segundo acto los acontecimientos fueron sucediendo de forma natural. La escuadra entrenada por Bordalás comenzó inquietando pero fue de nuevo el Betis el que golpeó. Otra vez tras una jugada trepidante, esta vez dirigida por Castro, el balón llegó a Ceballos y el canterano, en una de sus diabluras, provocó un penalti que el delantero canario convirtió en el segundo de la noche. Trigésimo segundo gol de Rubén, que parece no tener límites y engrandece a cada paso el influjo de su figura en los más de 107 años de historia del club. El estadio era una olla a presión, el bufandeo, los cánticos y las olas no cesaban. El trabajo estaba casi hecho. Hasta un fenomenal chaparrón acompañó al jolgorio en el que se había convertido el graderio pero nada podía empañar la fiesta. Para cerrar el marcador, la enésima contra del cuadro bético era finalizada con un ajustado disparo de Piccini que el guardameta no lograba blocar y Molina, a trancas y barrancas, supo conducir el balón hasta el fondo de las mallas. Éxtasis, demencia, felicidad. Hasta el final, cánticos y más cánticos, alegría desbordada y la deuda era por fin saldada. El Real Betis Balompié regresa a su sitio natural, la Primera División del fútbol español está de enhorabuena. Abran paso, el Betis siempre vuelve. Todos deseamos y esperamos que el regreso sea para quedarse y que, con un crecimiento sostenido, el sentimiento de las 13 barras se convierta en un referente en el fútbol español.

Alborozo en Villamarín 
      A la conclusión, el club quiso dar las gracias a la afición con un acto sencillo. El speaker se situó en medio del coliseo verdiblanco y fue nombrando uno a uno a los artífices del éxito. Éstos saltaron al césped y fueron saludando y correspondiendo a la entrega de una afición como pocas. Antes, el club quiso reconocer la exquisita labor de Juan Merino, quien expresó que "es una alegría muy grande que se acuerden de uno. En el Betis he sido jugador, capitán y he tenido la suerte de estar cuatro partidos dirigiendo al primero equipo… Es una alegría que se acuerden de ti. Es increíble que con esta afición haya que jugar en Segunda división. No se lo merecen. No se puede repetir más. Los béticos sólo merecen que les demos satisfacciones". Los capitanes tuvieron también la oportunidad de dirigirse al respetable. Adán señaló que “como dice la camiseta, os lo debíamos. Ha sido un año muy duro, de sufrimiento pero ha merecido la pena. Es la última vez que este equipo tiene que estar en Segunda y que disfrutemos mucho de Primera". Mientras, Xavi Torres aseguraba que “afición, béticos, familia, os lo merecéis. Gracias a vosotros este Betis está donde se merece, muchas gracias. Volveremos, volveremos”. Y Jorge Molina decía que “os doy las gracias. Os debíamos una. Sólo una afición que cuando baja a Segunda tiene más socios y en todos los campos habéis demostrado que había más aficionados del Betis que de otros equipos. Os doy las gracias. Os hemos devuelto una parte de lo que no pudo ser el año pasado. Para que no se escuche nunca más el Volveremos”. El delantero alcoyano añadió que "para mí ha sido la temporada más complicada de mi carrera profesional. No tenía minutos. Y luego todo cambió y pude ayudar al equipo. Al final estoy contento por todo lo que ha pasado. Nuestra afición es un espectáculo. Nos han seguido por todos los campos y era una deuda que teníamos tras la temporada pasada que fue un desastre”, argumentó el delantero.

¡Objetivo Logrado!
       Por otro lado, como no podía ser de otro modo, Rubén Castro era el hombre más buscado y aunque no quiso dirigirse a la grada, si reconoció sentirse muy feliz. "En mi caso particular, es muy complicado superar los 30 goles, no me lo esperaba. Con Jorge Molina me entiendo a la perfección, son muchos años juntos y nos entendemos muy bien. Este ascenso se lo dedico a mi familia, a mi novia y a mucha gente que me ha apoyado en los malos momentos”, comentó el jugador canario.

"Sevilla es Verdiblanca..."




No hay comentarios:

Publicar un comentario