El RBB acaba de hacer oficial la contratación de Roman Zozulya, octavo fichaje en el presente mercado de verano. El futbolista ucraniano ha pasado el pertinente reconocimiento médico en Madrid puesto que el club no quería tener relación alguna con el jugador hasta que quedara garantizado, como así ha sido, que el jugador veía reducida la sanción que tenía impuesta en su país y contaba con la carta de libertad del Dnipro, su anterior equipo. Con la incorporación de Zozulya, que a pesar de venir avalada por el técnico Marcos Álvarez, con el que coincidió en su paso por el Dnipro, no ha despertado demasiada ilusión dentro del beticismo, queda completada la delantera del equipo para la próxima campaña, teniendo ahora Torrecilla la misión de seguir rastreando el mercado en busca de las dos piezas vitales que aún restan para la confección de un bloque competitivo, un central zurdo y, sobre todo, un mediocentro que sustituirá la baja de N´Diaye. Además, el director deportivo tiene por delante la penosa tarea de lograr acomodo a los descartes de Poyet, labor que por las altas fichas y el escaso cartel de los futbolistas, se está alargando más tiempo del deseable.
Fue aquella larga y cálida noche de verano, allá por el año 1977. El Real Betis Balompié logró coronarse campeón de la primera Copa del Rey, tras derrotar contra todo pronóstico a un rutilante Athletic de Bilbao. Aquella gesta afianzó ese Manquepierda inherente al club de las Trece Barras, ese aire mágico de una sociedad de ascendencia inequívocamente masónica. Nada de conformismo, siempre a por la victoria, incluso cuando los astros señalan que no es el día.
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