domingo, 19 de marzo de 2017

Betis vs CA Osasuna (2-0)


   Comparecía el colista esta noche en el Benito Villamarín y lo hacía con una sola victoria en su casillero tras veintisiete jornadas disputadas. La ocasión era más que propicia y el RBB no tuvo demasiados inconvenientes para aprovecharse de la manifiesta debilidad del rival y apoderarse de los tres puntos en litigio tras más de dos meses sin hacerlo como local. Lo mejor sin duda fue el resultado ya que el partido resultó ser un cúmulo de despropósitos por parte de ambos equipos, plano, con poco fútbol y carente de ritmo, un verdadero espanto para los 32000 espectadores que se dieron cita en el coliseo heliopolitano. La victoria asienta un poco los ánimos, tras una semana marcada por los ecos del asalto de Mateu Lahoz en el Bernabéu, la bochornosa intervención de Miguel Torrecilla y la firma del acuerdo entre la entidad y Bitton Sport.
Sin embargo, el triunfo quedó manchado por la incompresible reacción de buena parte del graderío al silbar un cántico de los ultras béticos que reclamaban "Un Betis Grande". El incomprensible rechazo del graderío a una exigencia tan lícita vuelve a poner de manifiesto el conformismo y entumecimiento de una afición que lleva dormida décadas.

   VSDA colocó sobre el césped a los mismos hombres que tan buenas sensaciones ofrecieron ante el Real Madrid, con la única excepción de Rafa Navarro, que reemplazaba al sancionado Piccini. Sería precisamente una acción del canterano la que abriría el marcador a los tres minutos, tras aprovecharse de un balón enviado al espacio por Mandi. El balón buscaba a Sanabria pero ni el paraguayo ni Oier, que vigilaba su marca, se hicieron con el control y, comprobando que Vujadinovic tampoco acudía a despejar, el lateral de Salteras se proyectó hacia la meta con una fenomenal carrera, se plantó ante Sirigu y definió con el exterior y por bajo. Una grosera desaplicación defensiva de Osasuna había permitido ponerse muy pronto al Betis por delante pero la circunstancia no despejó el nerviosismo y el Betis no pudo nunca hacerse con el control del encuentro. De hecho, apunto estuvo de igualar Osasuna minutos después cuando Clerc, tras deshacerse con gran habilidad de Navarro, colocó un perfecto pase atrás que fue rematado por Kodro al larguero. El choque era de alternativas, con continuos errores en el pase y escasa verticalidad. Poco antes de la media hora de juego Rafa Navarro, gran protagonista del encuentro, colocó un sensacional pase al hueco y por allí apareció Rubén Castro que, después de superar en carrera a Sirigu, batió la meta osasunista a puerta vacía. Encuentro visto para sentencia. Aún pudo Navarro anotar el segundo de su cuenta en una jugada en la que se encontró con un balón despejado por Sirigu, pero su remate a puerta vacía fue despejado bajo palos por Clerc. 

   Tras el paso por vestuarios el espectáculo decayó hasta limites indecentes. El partido se convirtió en un tostón pavoroso donde el fútbol brilló por su ausencia. Adán impidió que el rival recortara distancias, saliendo victorioso en el uno contra uno que mantuvo con Torres. Dani Ceballos trató de espolear a los suyos pero el equipo solo funcionaba a rachas. El resultado a favor y el rival moribundo que tenía enfrente tampoco sirvieron para que el madrileño se atreviera con un planteamiento más valiente y a la hora de partido comenzó a mover el banquillo con la consigna de atar el resultado. Rubén Castro, que vio por fin rota su sequía anotadora, fue el primer afectado del canguelo de VSDA y, apesadumbrado y molesto por la decisión, se marchó del partido en medio de una calurosa ovación. Joaquín ocupó el sitio del mítico 24 pero la presencia del portuense apenas tuvo repercusión en el juego, evidenciando un escaso ritmo de competición por las semanas de inactividad. Rubén Pardo fue el siguiente en abandonar el terreno de juego. El riojano anduvo hoy muy perdido y desacertado en el pase, de nuevo demasiado tiempo incrustado entre los centrales. Donk se incorporó a la medular y una vez más avaló el porqué de su suplencia. El espigado centrocampista neerlandés desespera con su lentitud y falta de intensidad, defectos que corona con una deficiente circulación de balón. En las postrimería del envite, con todo decidido desde hacía muchos minutos, Ceballos cedió su sitio a Petros, que tuvo la oportunidad de incrementar la diferencia pero su disparo se marchó algo desviado. Juego triste, nulas sensaciones y victoria final. Los puntos deben contribuir  de forma definitiva para que el equipo deje de mirar hacia los puestos bajos de la tabla. Eso si, se hace inevitable pensar que hubiera ocurrido si esta noche nos hubiera visitado un equipo menos errático y penoso que el desahuciado Osasuna. Y los cánticos... En fin, Betis.

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