|
Grande Ceballos, euforia desatada tras la consecución del primer tanto. |
Alborozo en Villamarín. Merino puede sentirse muy feliz al observar como el grupo que dirigía le metía presión e intensidad al partido, se apreciaba algo de velocidad y se desterraba del semblante de los aficionados aquellos visajes de estupor por palpar un grupo de desalmados en el césped, es una herencia más que suficiente, un logro para sentirse muy satisfecho. Se venció con claridad, aunque la sentencia llegó al final, aunque Castro perdonó en la zona de verdad lo que no suele hacer. Mel se encuentra un navío con el viento a favor, con el respetable entregado. ¡Qué poquito hace falta para ilusionar a esta gente!
|
Señor Merino, usted se lo merece. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario