Poyet, que defenestró de forma absurda a Ceballos y Castro durante su periplo en el banquillo bético, quedó de nuevo retratado esta tarde como el pésimo técnico que es. Si uno ve el fútbol con la inusual clarividencia de los grandes, el otro se pone de gol como solo lo hacen los delanteros caros, a pesar de lo cual el uruguayo se empeñó en quitarles protagonismo. Incomprensible. Lo cierto es que el RBB se ha impuesto esta tarde en Villamarín al CD Leganés por dos goles a cero, tantos que llegaron en la segunda mitad por obra de Rubén Castro, al aprovecharse de un excelente servicio de Ceballos, y Piccini, que sentenció el encuentro en los compases finales. El cuadro verdiblanco ha podido disfrutar de una tarde relativamente plácida, yendo de menos a más, imponiéndose en la medular y exhibiendo una cierta solvencia en la zaga. Los tres puntos logrados ante el cuadro pepinero alejan a los heliopolitanos de la zona caliente de la tabla y le permiten respirar a pesar de la irregularidad demostrada en el campeonato, fruto sin duda de una deficiente planificación deportiva. Los refuerzos no han otorgado hasta ahora el salto de calidad prometido y el equipo, desgraciadamente, sigue viviendo de los goles de Rubén Castro. Una vez más el estadio presumía de un inmejorable ambiente en las gradas, el césped presentaba unas óptimas condiciones y la temperatura era agradable para la época del año en la que nos encontramos. Con estos alicientes, Víctor encaró el importante choque de inicio de año, proponiendo su ya tradicional esquema de cinco defensas, tres hombres en la parcela ancha y dos estiletes arriba buscando el arco rival. Bruno reemplazó en la línea de centrales a Mandi, que pasará todo el mes de enero concentrado con su selección debido a la disputa de la Copa de África. En la medular la novedad llegó en la figura de Jonas Martin, que formó trío junto a Petros y Ceballos en labores creativas. Por los carriles surgían Rafa Navarro y Durmisi. El danés es probablemente el mayor acierto de Torrecilla, incisivo y veloz en todas las acciones que acomete, virtudes que combina con su gran juventud.
Los primeros minutos fueron de tanteo. La primera llegada con cierto peligro tuvo acento visitante y llegó a los cinco minutos de juego tras un disparo flojo de Unai López que Adán atajó sin problemas. Segundos después, una mala entrega de José Carlos propició otra ocasión del Lega, en esta ocasión malograda por Machís. Aunque la jugada concluyó sin consecuencias los errores del canterano en la entrega se volvieron a repetir a lo largo del encuentro. Los despistes del chaval, el menos inspirado de los béticos, propiciaron algunas de las pocas fisuras de la zaga en la tarde de hoy. Las imprecisiones marcaron el juego heliopolitano durante el primer cuarto de hora del encuentro, errores que desencadenaron algunos pitidos en las tribunas. Una buena conducción de Sanabria libró del bostezo al respetable y provocó una falta peligrosa en la frontal del área, lanzada por Durmisi un poco por encima del arco. Por fin parecía que los locales se decidían a hacerse con el mando, aunque el rival presiona arriba y dificultaba la salida de los centrales, poco asistidos por sus compañeros. Los golpeos largos de Adán propiciaban la pérdida de posesión una y otra vez. Mediada la primera mitad el choque se animó con dos incursiones por banda de Navarro, pero en la primera de ellas el centro se marchó por encima de la cabeza de Castro y en la segunda el remate del canario se marchó algo desviado. Ahora por el flanco opuesto, un centro envenenado de Durmisi fue finalmente blocado por Champagne, cuando aguardaban en boca de gol Sanabria y Martin. Minutos después el paraguayo reclamó penalti por agarrón de Insúa pero dio la sensación de ser un forcejeo mutuo sin mayor relevancia. La medular bética se acabó por imponer, con un Sanabria muy brioso haciendo daño entre líneas. Alcanzada la media hora, Petros vio la amarilla, circunstancia que obligará al brasileño a cumplir ciclo de amonestaciones la próxima jornada. A los 35 minutos de juego Sanabria se rompió el cuádriceps mientras sprintaba en la pugna por un balón largo. El ariete sudamericano no pudo continuar y enfiló el camino de los vestuarios incluso antes de que hubiera ingresado en el partido Álex Alegría, su sustituto. Tras esta desgraciada jugada volvió a aparecer el conjunto madrileño por el área de Adán aunque el disparo de Guerrero, recogiendo un centro de Machís, fue desviado por la defensa a córner. En la siguiente jugada Durmisi logró zafarse de su par pero fue frenado en falta. El lanzamiento de Ceballos se marchó muy por encima del travesaño. La repetición de la jugada mostró que el derribo al lateral danés se realizó sobre la línea de cal que delimitaba el área pero el colegiado, situado a dos metros, sacó la falta fuera. Incomprensible. Hasta el final del primer acto el Lega logró enfriar el partido. En líneas generales, la igualdad fue la tónica predominante en el césped aunque los locales se mostraron algo más insistentes en labores ofensivas.
Los primeros minutos fueron de tanteo. La primera llegada con cierto peligro tuvo acento visitante y llegó a los cinco minutos de juego tras un disparo flojo de Unai López que Adán atajó sin problemas. Segundos después, una mala entrega de José Carlos propició otra ocasión del Lega, en esta ocasión malograda por Machís. Aunque la jugada concluyó sin consecuencias los errores del canterano en la entrega se volvieron a repetir a lo largo del encuentro. Los despistes del chaval, el menos inspirado de los béticos, propiciaron algunas de las pocas fisuras de la zaga en la tarde de hoy. Las imprecisiones marcaron el juego heliopolitano durante el primer cuarto de hora del encuentro, errores que desencadenaron algunos pitidos en las tribunas. Una buena conducción de Sanabria libró del bostezo al respetable y provocó una falta peligrosa en la frontal del área, lanzada por Durmisi un poco por encima del arco. Por fin parecía que los locales se decidían a hacerse con el mando, aunque el rival presiona arriba y dificultaba la salida de los centrales, poco asistidos por sus compañeros. Los golpeos largos de Adán propiciaban la pérdida de posesión una y otra vez. Mediada la primera mitad el choque se animó con dos incursiones por banda de Navarro, pero en la primera de ellas el centro se marchó por encima de la cabeza de Castro y en la segunda el remate del canario se marchó algo desviado. Ahora por el flanco opuesto, un centro envenenado de Durmisi fue finalmente blocado por Champagne, cuando aguardaban en boca de gol Sanabria y Martin. Minutos después el paraguayo reclamó penalti por agarrón de Insúa pero dio la sensación de ser un forcejeo mutuo sin mayor relevancia. La medular bética se acabó por imponer, con un Sanabria muy brioso haciendo daño entre líneas. Alcanzada la media hora, Petros vio la amarilla, circunstancia que obligará al brasileño a cumplir ciclo de amonestaciones la próxima jornada. A los 35 minutos de juego Sanabria se rompió el cuádriceps mientras sprintaba en la pugna por un balón largo. El ariete sudamericano no pudo continuar y enfiló el camino de los vestuarios incluso antes de que hubiera ingresado en el partido Álex Alegría, su sustituto. Tras esta desgraciada jugada volvió a aparecer el conjunto madrileño por el área de Adán aunque el disparo de Guerrero, recogiendo un centro de Machís, fue desviado por la defensa a córner. En la siguiente jugada Durmisi logró zafarse de su par pero fue frenado en falta. El lanzamiento de Ceballos se marchó muy por encima del travesaño. La repetición de la jugada mostró que el derribo al lateral danés se realizó sobre la línea de cal que delimitaba el área pero el colegiado, situado a dos metros, sacó la falta fuera. Incomprensible. Hasta el final del primer acto el Lega logró enfriar el partido. En líneas generales, la igualdad fue la tónica predominante en el césped aunque los locales se mostraron algo más insistentes en labores ofensivas.
Tras el descanso el dominio bético se fue acrecentando. Castro avisó pronto con un remate abajo que detuvo Champagne sin grandes apuros. Pronto se notó que Ceballos quería ser protagonista y precisamente una genialidad del utrerano desatascó el partido. El "10" verdiblanco habilitó al delantero canario con un extraordinario pase que acabó en el fondo de las mallas gracias a la portentosa definición del canario. Algunos minutos después de haberse inaugurado el marcador José Carlos concedió una falta muy peligrosa en la frontal y Timor estuvo a punto de hacer el empate, saliendo su disparo muy cerca del palo del portero. Alcanzada la hora de partido Bruno vio su quinta amarilla del curso y el central tinerfeño tampoco podrá estar la próxima jornada en el Calderón ante el Atlético. El Betis quería ahuyentar fantasmas de otras tardes y llegaba al área con cierta facilidad, sabedor de que era la mejor manera de no ceder ni la posesión ni el terreno. Martin, que estaba cuajando su mejor encuentro desde su llegada el pasado verano, estuvo a punto de anotar el segundo, tras recoger un preciso servicio de Castro, pero el cuero se marchó lamiendo el poste, ante la desesperación del centrocampista francés. Minutos después, Jonas disfrutó de otra buena ocasión para matar el partido, esta vez tras recibir de Brasanac, que había suplido a Petros, pero su disparo fue repelido por la zaga. Los locales no querían sorpresas de última hora. Durmisi provocó una nueva falta llegando por su carril pero Castro, encargado de la ejecución de la misma, envío el balón algo desviado junto al poste izquierdo del meta blanquiazul. Navarro tuvo que abandonar también el partido con molestias musculares, siendo Piccini el que ocupó el carril diestro durante los minutos finales del partido. En los compases finales una salida en falso de Adán puso los nervios en el graderío pero afortunadamente la defensa deshizo el peligro. A cinco minutos del final, un error en el pase de la zaga pepinera propició que el balón llegara a las botas Alegría en situación inmejorable. El canterano se la cedió a Piccini, que aparecía en posición de "9", y resolvió ante Champagne para cerrar el partido. El italiano celebró el tanto con rabia ya que instantes antes había sido pitado por ciertos sectores del graderío. El partido llegó a su fin sin mayores apuros para los béticos, que demostraron una aceptable actitud, sobre todo tras el paso por vestuarios. El gol de Castro facilitó mucho las cosas. Ceballos, solidario como siempre, desplegando sobre el verde kilómetros y técnica, se echó el equipo a la espalda. Tres puntos para dejar de mirar hacia abajo.
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