domingo, 7 de febrero de 2016

Betis vs Valencia CF (1-0)

Rubén celebra el gol junto a Ceballos y Musonda
   Victoria de muchísimo valor la que ha obtenido el conjunto verdiblanco esta tarde en Villamarín. Los tres puntos se quedaron en casa gracias a un solitario tanto del de siempre, junto a un aceptable comportamiento de todo el equipo, donde sobresalieron N´Diaye, portentoso en la medular, y el recién llegado Musonda, un prodigio de explosividad. Los fichajes del mercado invernal saltaron de inicio al césped del Villamarín, con la excepción de Damiao, que no entró en la convocatoria al haberse concretado su incorporación a finales de semana. Merino optó por un once muy ofensivo, con dos laterales de largo recorrido como son Vargas y Montoya, la ubicación de Musonda y Ceballos por delante de Petros y N´Diaye y una dupla de atacantes conformada por Van Wolfswinkel y Rubén Castro. El técnico bético, ratificado en parte durante la semana tras el tumulto organizado con la dimisión de Ollero y la irrupción de Haro, era conocedor de la importancia de los puntos en juego y decidió no especular con el resultado.

   El primer tiempo fue anodino y trabado, con mucho centrocuentismo y sin apenas ocasiones de peligro que contabilizar por parte de ninguno de los dos bandos. De hecho, el único tiro entre los dos palos llegó en el minuto 43 por mediación de Van Wolfswinkel, que, tras controlar un buen pase de Musonda, disparó flojo y al muñeco, malogrando la única opción real de la que había dispuesto el equipo en el primer acto. Por lo demás, el juego careció de fluidez y los dos equipos volvieron a cometer todos los errores que les han llevado a acumular tantas jornadas sin conocer la victoria. Por parte verdiblanca, el aficionado pudo comprobar como Montoya se va a adueñar del lateral derecho sin mayores problemas y como Musonda le va a aportar al equipo algunas de la cualidades de las que adolecía, como son la verticalidad, le velocidad y el desborde, entre otras. Fue precisamente el internacional belga el que le dio algo de sentido al juego de ataque verdiblanco en esta primera mitad, provocando faltas, abriendo huecos y generando opciones de peligro. 

   El segundo tiempo fue mucho más movido y desde el comienzo comenzaron a sucederse las ocasiones de peligro en ambas áreas. A los 3 minutos de la reanudación llegó la jugada del tanto bético. Van Wolfswinkel, notable todo el tiempo que estuvo sobre el terreno de juego, controló de espaldas un balón en largo y se lo cedió a Rubén Castro. El canario progresó, algo escorado, conectó con Musonda, que aparecía por la frontal y, de forma sutil, la dejó pasar, observando a su derecha la presencia de Van Wolswinkel. El holandés disparó en semifallo y Castro, el más listo de la clase, recogió el esférico en el área pequeña entre varios defensores valencianistas para, completamente a placer, inaugurar el marcador. La alegría le pudo haber durado muy poco al cuadro bético ya que en la siguiente jugada, Vargas tuvo que sacar bajo palos un remate de Negredo que hubiera reintegrado las tablas de nuevo al marcador. El partido transcurrió a partir de entonces con cierta tranquilidad para los intereses locales. A falta de veinte minutos para la finalización, Molina suplió a Van Wolfswinkel, que hoy cuajó un excelente trabajo arriba, lidiando con los centrales valencianistas. Al poco de salir, el propio Molina cabeceó a la red una falta botada por Vargas pero el asistente anuló injustamente el tanto al considerar que el delantero alcoyano se hallaba en fuera de juego. Además, el colegiado dejó sin señalizar la segunda amarilla al jugador levantino Zahibo en varias ocasiones, expulsión que sin duda habría allanado el panorama sin tener que llegar al final con las clásicas angustias. Quien si se fue a la caseta antes de tiempo sería Gayá, que ingresó en el partido en la primera mitad supliendo al lesionado Siquiera. Sería Musonda el que provocaría, con una rápida acción, la segunda amarilla del lateral valenciano. Portillo sustituyó a un dinámico Ceballos, sobre todo en la segunda mitad, que se despidió del partido en medio de una gran ovación. Hasta el final del envite, el Betis controló los tiempos y desbarató con soltura los acercamientos. No obstante, el colegiado volvió a equivocarse, esta vez en el área bética, al anular un cabezazo que Mustafi, anticipándose a la defensa, había enviado a la red. En el último minuto de partido Merino retiró del campo a Rubén Castro y dio entrada a Digard, con la intención de darle consistencia a la retaguardia. Cuando el choqué moría, Rodrigo, con la puntera, pudo haberle arrebatado dos puntos al Betis pero Adán desbarató el peligro con una acción marca de la casa. Tres puntos de oro obtenidos gracias a una solitaria diana de Rubén Castro, que, con el de hoy, ha logrado diez de los dieciséis que ha anotado el equipo. La victoria debe aportar tranquilidad. Musonda dejó algunos detalles muy halagüeños, Montoya puede aportar solidez por su banda, Vargas puede hacer lo mismo por la suya si le respetan las lesiones, Pezzella va cogiendo confianza con el paso de las jornadas y habrá que estar muy pendientes de lo que Damiao es capaz de dispensar en ataque. Confiemos en el despegue definitivo del equipo y que los miedos partan hacia otro lugar.

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