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Jornada de verdadera locura en las oficinas del RBB. Eduardo Macià ha tenido que esperar hasta el último minuto del mes de agosto para acabar de perfilar la plantilla que deberá afrontar el objetivo de mantener al club en la máxima categoría sin fatigas. Se rememoraba así el tristemente célebre episodio del fax de Lopera y sus incorporaciones sobre la bocina. Fue una jornada de vértigo, de constantes rumores sobre altas y bajas, una larga jornada seguida muy de cerca por unos insaciables aficionados que escrutaban las noticias que iban llegando. Pasadas las 21:30 el club hacía oficial la salida de Lolo Reyes a la UD Almería. Se había especulado mucho durante todo el verano con los supuestos destinos del medio centro chileno, una vez que el club le trasladó al finalizar la pasada campaña que no tenía sitio en el equipo. El acuerdo alcanzado con el club almeriense estipula que vestirá la camiseta rojiblanca durante un año, sin opción de compra, cumpliéndose así el deseo expreso del jugador de permanecer en España.
La noticia de la cesión de Reyes no era lo que los béticos realmente esperaban. El aficionado esperaba con intranquilidad la confirmación oficial de la llegada de Joaquín para cubrir el puesto de extremo que tanto se había demandado. Pero ahí no quedaba la cosa. El club necesitaba otro delantero y todas las opciones manejadas por el club se había ido al traste con el paso de las fechas. El último en caerse del plan fue Adrián, que finalmente recaló en el Villarreal CF, cedido por el Oporto. El club castellonense asumió su ficha prácticamente íntegra y ante eso (imagino que) nada pudieron hacer los rectores verdiblancos. Alrededor de las 23:00 horas todos los medios daban por hecha la salida de Joaquín Sánchez de la Fiorentina y su incorporación al club de su vida. Los foros se desbordaban, como la felicidad. El club oficializó la llegada del hijo pródigo poco después de la medianoche. Junto a él, llegó el delantero neerlandés Ricky van Wolfswinkel, un espigado jugador procedente del Norwich City inglés y del que nada había trascendido hasta el momento de su confirmación. El acuerdo de cesión por un año incluye una opción de compra para el club verdiblanco.
De esta vertiginosa manera concluía el mercado de fichajes en España. Diez han sido las incorporaciones del club para la temporada de regreso a primera división, el tiempo dará o quitará razones a Macià y su equipo. De los diez jugadores adquiridos solo Wolfswinkel llega cedido, el resto lo hace en propiedad. Por otra parte, en el club han causado baja nueve jugadores, siendo solo Chuli el que dejó algo de dinero en las arcas del club. Ceballos permanecerá en el club al menos esta temporada, habrá que estar muy pendiente en los próximos días si finalmente llega la renovación del prometedor canterano. Por último, Kadir y Vadillo, que habían estado apartados del equipo desde el comienzo de la pretemporada, regresarán al grupo al no haber conseguido concretar ninguna de las ofertas que manejaban. Este episodio no habla demasiado bien de la gestión deportiva del club y no ha sentado demasiado bien en el amplio espectro de foreros béticos. Se ve más bien como otro capítulo más de la deficiente planificación e Eduardo Macià.
La noticia de la cesión de Reyes no era lo que los béticos realmente esperaban. El aficionado esperaba con intranquilidad la confirmación oficial de la llegada de Joaquín para cubrir el puesto de extremo que tanto se había demandado. Pero ahí no quedaba la cosa. El club necesitaba otro delantero y todas las opciones manejadas por el club se había ido al traste con el paso de las fechas. El último en caerse del plan fue Adrián, que finalmente recaló en el Villarreal CF, cedido por el Oporto. El club castellonense asumió su ficha prácticamente íntegra y ante eso (imagino que) nada pudieron hacer los rectores verdiblancos. Alrededor de las 23:00 horas todos los medios daban por hecha la salida de Joaquín Sánchez de la Fiorentina y su incorporación al club de su vida. Los foros se desbordaban, como la felicidad. El club oficializó la llegada del hijo pródigo poco después de la medianoche. Junto a él, llegó el delantero neerlandés Ricky van Wolfswinkel, un espigado jugador procedente del Norwich City inglés y del que nada había trascendido hasta el momento de su confirmación. El acuerdo de cesión por un año incluye una opción de compra para el club verdiblanco.
De esta vertiginosa manera concluía el mercado de fichajes en España. Diez han sido las incorporaciones del club para la temporada de regreso a primera división, el tiempo dará o quitará razones a Macià y su equipo. De los diez jugadores adquiridos solo Wolfswinkel llega cedido, el resto lo hace en propiedad. Por otra parte, en el club han causado baja nueve jugadores, siendo solo Chuli el que dejó algo de dinero en las arcas del club. Ceballos permanecerá en el club al menos esta temporada, habrá que estar muy pendiente en los próximos días si finalmente llega la renovación del prometedor canterano. Por último, Kadir y Vadillo, que habían estado apartados del equipo desde el comienzo de la pretemporada, regresarán al grupo al no haber conseguido concretar ninguna de las ofertas que manejaban. Este episodio no habla demasiado bien de la gestión deportiva del club y no ha sentado demasiado bien en el amplio espectro de foreros béticos. Se ve más bien como otro capítulo más de la deficiente planificación e Eduardo Macià.
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