domingo, 13 de septiembre de 2015

Betis vs Real Sociedad (1-0)

Sociedad letal
   Este equipo tiene muy buena pinta. A tenor de lo poco que hemos visto, se trata de un grupo que está demostrando saber leer los encuentros y que lucha con todo lo que tiene desde el primero hasta el último de los minutos del partido. Y gracias a eso y a la asociación de dos de sus mejores valores ha llegado la primera y sufrida victoria de la temporada, entre el alborozo de los casi cuarenta mil fieles que acudieron al Benito Villamarín esta noche. Pepe Mel alineó de inicio a un equipo organizado con un esquema 4-4-2 con ciertos matices. La zaga presentaba la novedad de Westermann, que suplía la baja por lesión de Pezzella. En la medular, junto a N´Diaye, aparecía Petros. Portillo jugaba entre líneas y Joaquín debutaba con el calor de los suyos incrustado en banda derecha, como no podía ser de otro modo. La banda izquierda no tiene inquilinos, de lo cual se quejaba el técnico madrileño en la rueda de prensa pos partido. Arriba, Molina y Castro. El Betis comenzó el encuentro mandón, intenso, embotellando al rival. Piccini y Joaquín se entendían a las mil maravillas y desplegaban un juego trenzado que volvió loco a De la Bella. Mientras tanto, N´Diaye y Petros se adueñaban con jerarquía de la zona ancha. La Real Sociedad apenas podía traspasar la línea divisoria y el peligro rondaba la puerta del cancerbero argentino Gerónimo Rulli.

   Jorge Molina dispuso de dos ocasiones claras para haber inaugurado el marcador, pero no se aprovechó el alcoyano de los servicios de Joaquín y Piccini. La presión del cuadro verdiblanco se mantuvo durante 25 minutos y a partir de ahí el conjunto donostiarra se desperezó y comenzó a mover el balón. El delantero txuriurdin Jonathas tuvo una ocasión clara para hacer funcionar el electrónico del Villamarín pero su defectuoso cabezazo se perdió lejos de la portería defendida por Adán. En la recta final del primer acto, justo cuando peor lo pasaban los pupilos de Mel, un balón porfiado por Molina (que trabajo oscuro tan sensacional desarrolla el bravo ariete bético) acabó en las botas de Joaquín y el portuense colocó un centro marca de la casa a la espalda de los defensas, lugar por donde apareció el de siempre para cabecear a la red. Segundo tanto de Castro en la recién comenzada temporada para seguir agrandando la sombra de su leyenda. Desgraciadamente, Petros, que estaba realizando un partido muy correcto, vio dos amarillas en apenas tres minutos y dejó a su equipo con diez para disputar toda la segunda mitad. Dos acciones infantiles no exentas de polémica y el encuentro se quedaba abierto con muchísimo tiempo por delante.

   En la segunda mitad Mel retiró del encuentro a Molina e introdujo a Ceballos para, de alguna manera, cubrir el hueco en la medular que había dejado el mediocentro brasileño. Fueron cuarenta y cinco minutos que se hicieron eternos en la grada ya que el técnico heliopolitano incrustó al equipo atrás y el conjunto guipuzcoano se adueño del balón por completo, tratando de nivelar la contienda. El equipo heliopolitano se fajó con solvencia y no permitió que el resultado se moviera más. Cejudo suplió a Joaquín pasada la hora de partido y el graderío se rindió ante el despliegue del canterano. Un centro suyo había servido para que Castro pusiera al equipo en franquicia y el respetable se lo supo recompensar. La Real Sociedad tuvo opciones para haber arrebatado la victoria a los locales pero, en líneas generales, Adán no pasó demasiado apuros. Ello fue posible, en buena medida, gracias a Bruno y Westermann, dos colosos atrás que desbarataron todo el muchísimo trabajo que les llegó. Una línea denostada y criticada en el pasado reciente se reveló como un baluarte inexpugnable. De todos modos, es justo afirmar que todo el equipo cumplió su cometido y se dejó el pellejo en el césped para lograr que el botín se quedara en casa. En los compases finales del envite Molinero relevó al italiano Piccini, que se retiró con una contractura que, tal y como el mismo confirmó al término del partido, no revestirá mayores complicaciones de cara a futuros compromisos del equipo. Ceballos demostró una vez más personalidad y picardía, consumiendo prácticamente los tres minutos de añadido con el esférico rodando lejos del marco de Adán, evitando así males mayores. Tres puntos vitales para mirar hacia adelante con optimismo y tranquilidad. 

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