Bale celebra el primero de los goles que anotó en la noche de hoy, el que abría el marcador |
Desastrosa. Así se puede calificar la actuación del RBB en el Santiago Bernabéu. El equipo local tuvo una noche de esas que se denominan plácidas y endosó una manita a un rival bisoño y blandito que no compitió nunca. Fueron cinco goles pero pudieron haber sido muchísimos más ya que los hombres de Mel cuajaron una actuación defensiva deplorable, concediendo al adversario todas las facilidades del mundo. El técnico madrileño tiene mucho trabajo por delante ya que los errores cometidos esta noche no se solucionan con los refuerzos que el club está tratando de contratar antes del cierre del mercado.
De inicio el planteamiento del técnico verdiblanco era extraño ya que colocó a Molinero en el carril izquierdo, al parecer tratando de frenar las acometidas por banda del conjunto blanco. No se puede decir que el experimento fallara ya que al minuto de juego un centro de James puso en evidencia la escasa solidez defensiva, de la cual se benefició el Bale. El galés cabeceo a la red el primero de la noche sin que Adán pudiera hacer otra cosa que recoger el balón del fondo de la portería. Tras el tanto se sucedieron las acometidas merengues. El Betis tardó muchos minutos en sacudirse el domino blanco pero no lograba dar más de tres pases seguidos. En la recta final del primer acto James anotó el segundo tanto de impecable libre directo. Es cierto que la falta que dio origen al lanzamiento de la falta había sido inexistente pero ello no resta un ápice a la indolencia de los verdiblancos. Poco antes de que el colegiado decretara el descanso Castro pudo haber recortado distancias pero el canario marró lo que no suele. Distancia prácticamente insalvable tras los primeros cuarenta y cinco minutos.
Mel movió el banquillo, retirando del terreno de juego a Molinero y dando entrada a Jorge Molina, pero de nuevo el equipo naufragó al poco de la reanudación, concediendo el tercer tanto. Benzema, en posible situación antirreglamentaria, cabeceo a placer a la red, de nuevo ante la pasividad de la defensa. Para colmo de males, dos minutos después, James remataba de chilena el cuarto tras una concesión ridícula de Bruno. Solo quedaba ya intentar que el marcador no fuera de escándalo. Rubén Castro, que, como el resto del equipo, no tuvo su mejor noche, falló un penalti que Varane había cometido sobre Molina. Ceballos, supuesto aspirante a vestir la camiseta blanca, fue sustituido tras una actuación decepcionante, dando entrada al francés Digard. Entretanto, el Madrid lo seguía intentado con un Ronaldo negado ante la portería. Ya en la recta final, Bale anotó el segundo de su cuenta para redondear la manita. Muy difícil salvar a algún jugador del plantel, eso si, la hinchada, que en número superior a un millar acudió al coliseo blanco a animar a los suyos, de nuevo estuvo de diez. Encuentro para olvidar, no así las conclusiones que de esta penosa actuación se deben sacar. Mel debiera incidir, entre otras muchas cosas, en el aspecto defensivo y Macià debiera recapacitar y darse cuenta de que tal vez no solo hay que reforzar la parcela ofensiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario