Celebración del tanto del empate, obra del canario Rubén Castro |
El RBB se ha impuesto en la primera semifinal del Trofeo Ramón de Carranza, tras vencer al Granada CF por dos goles a uno. Ha sido un encuentro con dos caras completamente distintas. En el primer tiempo, los hombres de Mel ofrecieron una imagen calamitosa. El técnico madrileño salió con todo y puso en liza al once que presumiblemente saltará al césped del Villamarín el próximo domingo ante el Villarreal CF, en la primera jornada del campeonato. Adán se situó en la puerta; una defensa de cuatro con Vargas, Westermann, Pezzella y Piccini; Digard y Petros actuaban por dentro, Ceballos y Cejudo, en banda; Arriba, Castro y Molina. De inicio salieron seis de los ocho fichajes firmado este verano. Tan solo faltaban Van de Vaart, lesionado, y Tarek, que parece no contar demasiado y podría incluso salir cedido. Desde los compases iniciales, el Granada CF se comió literalmente al Betis. Los verdiblancos no lograban zafarse de la férrea presión que ejercía el cuadro nazarí adiestrado por Sandoval. El conjunto heliopolitano apenas lograba traspasar la medular con el balón en los pies. Las desaplicaciones atrás se sucedían y las sensaciones eran más que preocupantes. Ceballos en banda pierde la mitad del potencial y apenas apareció. Mientras, Digard y Petros no lograban enlazar con la delantera, prácticamente inédita durante toda la primera mitad. Los rojiblancos tampoco inquietaban la puerta defendida por Adán pero el dominio del partido era absoluto. En una de las innumerables jugadas por banda, El Arabi abrió el marcador de perfecto testarazo. El ariete marroquí supo aprovechar un perfecto centro desde la banda derecha y, superando a Pezzella por alto, sorprendió a Adán a contra pie y el balón se alojó en el fondo de las mallas béticas. El dominio del Granada CF se asentó aún más pero el marcador ya no se movería más.
La bronca de Mel en el vestuario debió ser considerable. Movió ficha el entrenador bético, haciendo saltar al césped a Francis y Varela por Vargas y Petros. Enseguida se vio otro talante. Ceballos se situó en el centro de la medular junto a Digard y ahí el canterano sabe sacar toda su magia. Apenas habían transcurrido siete minutos de la segunda mitad y Cejudo colocó un balón a Molina dentro del área, el alcoyano "olió" a su hermano Castro y el resto es de sobra conocido. Se restablecía el empate inicial y los hombres de Mel parecían más enchufados y dispuestos a pelear la contienda. El partido entró en una dinámica mucho más abierta y el peligró iba de una área a otra. Con los cambios, Mel varió también la posición de sus jugadores. Rubén Castro, al que le anularon un segundo gol por presunta posición antirreglamentaria (en mi opinión el tanto debió subir al marcador ya que, tras observar la repetición, no queda nada claro que el canario se encontrase en fuera de juego), cayó a banda izquierda lo cual permitió que Ceballos pudiera seguir actuando por su sitio natural, el que le hace marcar la diferencia. El final del encuentro fue frenético y tras un saque de esquina botado por Varela, el rechace lo recogió en la frontal Portillo, quien de espléndida volea puso el segundo tanto en el marcador. El meta Oier pudo hacer muchísimo más y ni siquiera el bote que dio el balón justifica su error. Al final N´Diaye fue expulsado por doble amonestación y en la jugada final del encuentro, Portillo marcó a puerta vacía, ya que el meta granadino había subido a la desesperada en la jugada anterior. No obstante el tanto fue indebidamente anulado por fuera de juego, cuando el malagueño recibió el balón en campo propio. La decisión arbitral enojó a Mel y también fue expulsado por sus ostentosos aspavientos. La imagen del equipo fue mucho mejor en el segundo tiempo. Lo de la primera mitad, inadmisible. 2-1 final y el Betis jugará la final del Carranza.
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