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Hermanamiento de aficiones, una de las imágenes más agradables extraídas esta mañana en El Molinón |
Poco a poco se va imponiendo la lógica. Y fruto de todo ello llegan regalos como el que ha podido disfrutar el aficionado esta mañana en El Molinón. Enmedio de un hermoso ambiente de confraternización de aficiones, hemos asistido a un choque de poder a poder, con dos equipos que han puesto todo en el tapete para obtener la victoria, que han litigado en ambas direcciones y han expuesto todas las credenciales para convertirse al final de la temporada en escuadras de primera división. El conjunto gijones comenzó mandando muy pronto en el marcador, fruto de una mala entrega de Ceballos (hoy demasiado impreciso y desubicado) y una conducción primorosa de Jony, muy activo durante todo el encuentro, que le acabó cediendo el esférico dentro del área a Muñiz para alojarla en la red. El Sporting se hizo acreedor a aumentar la diferencia y solo lo evitó la fortuna. Los postes repelieron dos balones malintencionados del cuadro dirigido por Abelardo y Adán tuvo que emplearse a fondo para dejar el marcador con esa mínima ventaja a favor de los rojiblancos, muy motivados y correosos en todas las zonas del campo. El Betis hizo buena circulación de balón y tuvo presencia pero los errores en la zona ancha le penalizaron. Arriba, tan solo gozó de una ocasión clara ante el marco de Cuéllar, que finalmente no pudo concretar Castro, tras una buenísima asistencia de Piccini. La imagen era buena pero era necesario evitar esos despistes que tan caros hemos pagado en el pasado.
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Zapatazo que vale tres puntos. |
Tras el tiempo de descanso, el escenario cambió. Muy pronto, Pacheco puso una asistencia de antología tras el bote de una falta y culminó con un soberbio testarazo el central Bruno. Se equiparaba la contienda y a partir de entonces se vieron los mejores minutos del conjunto bético. La pelea era de ida y vuelta, resultaba espléndida y emocionante para el espectador. Mediado el segundo acto y tras el lanzamiento de un córner, el balón llegó repelido a la frontal y Xavi Torres, sin pensarlo dos veces, empalmó de forma magistral a la escuadra y puso en franquicia a los hombres de Mel. Se había logrado lo más difícil, remontar en un fortín hasta ahora inexpugnable y ante un conjunto invicto durante las primeras veinte jornadas del campeonato, una marca digna de ser recordada. Quedaba casi media hora por delante pero el conjunto verdiblanco supo amarra los puntos y de paso pegar un golpe sobre la mesa. Era una victoria de peso. El Betis pudo sentenciar en alguna ocasión pero es cierto que los gijoneses pudieron igualmente equilibrar de nuevo el encuentro en varias acciones aisladas. El partido pudo desnivelarse hacia cualquier lado pero fue el Betis el que finalmente obtuvo el botín en juego.
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Plantilla radiante tras la victoria en el Molinón. |
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