El RBB sigue empeñado en hacer sufrir a su devota afición, que esta noche fue testigo de un nuevo traspiés en feudo propio, el primero de la era Merino. El técnico de la Línea apostó por voltear el once tras el escarnio de San Mamés, dando entrada en la alineación inicial a Westermann, Kadir y Damiao en detrimento de Bruno, Joaquín y Molina, a los que el preparador bético parece haberles cargado con una buena dosis de culpa de la desastrosa imagen ofrecida ante el Athletic. Lo cierto es que los cambios no surtieron el efecto esperado ya que el equipo salió al césped de Villamarín con una monumental caraja que propició que el Málaga dispusiera en el arranque de hasta tres ocasiones pintiparadas para haberse puesto por delante. Tuvo que aparecer Adán de forma magistral para evitar que Charles, Albentosa y Cop desnivelaran la contienda cuando parte del público aún no se había acomodado en su butaca. Tras este desalentador inicio, el Betis comenzó a entrar en el partido pero a un ritmo tan pausado que no pudo evitar que fuera el conjunto costasoleño el que llevara las riendas en todo momento. Tan solo la chispa de Ceballos permitió algún acercamiento digno de mención a la meta de Ochoa, escaso bagaje para ambicionar otro objetivo que no fuera el empate inicial.
En el segundo acto fue el Betis el que comenzó mandando pero Damiao, que hoy estrenaba titularidad, mandó al limbo dos ocasiones inmejorables para haber desnivelado el marcador. Ambas situaciones llegaron tras rechaces de Ochoa a remates de Castro y el ariete brasileño, de forma incomprensible, se mostró torpe, poco avispado y mal colocado cuando lo tenía todo a su favor. Damiao dio la razón una vez más a aquellos que consideran que su fichaje es en realidad una broma de mal gusto, una cara extravagancia de Macià que Merino se encargaría de retirar del partido instantes después. Molina, sin hacer nada del otro mundo, argumentó una vez más ser el jugador más capacitado de esta plantilla para acompañar a Rubén Castro en la vanguardia. Con Joaquín ya en el campo y las arrancadas de Ceballos, el Betis intentó hacerse acreedor a la victoria pero sería Camacho, a falta de diez minutos para la conclusión, el que se aprovecharía de una mala salida de Adán para hacer el gol que, a la postre, sería el de la victoria. El centrocampista del Málaga se adelantó a toda la defensa para cabecear de espaldas al fondo de las redes tras el saque de una falta y Adán, tantas veces salvador, propicio con su error que los puntos volaran lejos de Heliópolis. Mazazo anímico gordo. El Betis afronta la recta final del campeonato con solo seis puntos de margen para evitar uno de los puestos que condenan al pozo. Miedo me da.
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