miércoles, 6 de enero de 2016

Betis vs Sevilla FC (0-2)

Rubén, que hoy falló un penalti, demostró no estar pasando
por su mejor momento
   El RBB cayó ante el eterno rival en su propio feudo por cero goles a dos en el encuentro de ida de los octavos de final de la Copa del Rey. El Betis ha vuelto a demostrar una escandalosa falta de profundidad, con una línea medular que no aporta absolutamente nada ni en defensa ni en ataque y una cobertura que, por momentos, es una auténtica verbena. El panorama resulta desolador para el aficionado bético que observa como, una y otra vez, los rivales pasan por encima de un equipo sin alma. El técnico hasta ahora se ha mostrado incapaz de hacer nada para evitar la sangría y considero que no cuenta con argumentos para revertir la situación. Opino que se ha equivocado en la configuración del once (algunos lo han interpretado como una provocación al beticismo o incluso una forma encubierta de huída o dimisión), dejando a Adán, Ceballos, Rubén y Joaquín en el banquillo. Mel ha podido entender que el encuentro liguero ante el Getafe del próximo fin de semana tiene más relevancia para el futuro del equipo que esta eliminatoria copera. No le faltaría razón pero el derbi es un partido trascendental en esta ciudad y ese tipo de decisiones penalizan demasiado, más aún cuando llueve sobre mojado. 

   El Betis saltó al césped del Benito Villamarín con una medular compuesta por Petros, N´Diaye y Digard, situándose Portillo por delante de ellos, con Van Wolfswinkel y Molina en la punta del ataque. Desde el comienzo se notó la diferencia de calidad existente entre ambos equipos. Los primeros cinco minutos fueron de toque, toque y más toque por parte de los de Nervión sin que los verdiblancos pudieran hacer nada por evitarlo. Antes de alcanzar el primer cuarto de hora, varios jugadores demostraron la actitud de pasividad que tanto vengo denunciando en este foro, permitiendo que Krohn-Dehli se plantara solo delante de Giménez para batirlo a placer. Ni N´Diaye que partía desde atrás junto al centrocampista danés, ni Piccini ni los centrales fueron capaces de abortar la jugada. Nada cambió con el 0-1. El Sevilla jugaba al tran tran pero daba la sensación de que ese ritmo cansino le iba a servir para pasar por encima de su rival . Y así fue. Antes de la finalización del primer acto Mel retiró del terreno de juego a Petros, que tenía tarjeta amarilla, y dio entrada a Joaquín. Decisión cuanta menos controvertida. El segundo tiempo fue un calco del primero. El equipo se mostraba plano, sin verticalidad ni chispa, incapaz de hacerle daño al rival. Nada más ponerse el balón a rodar, una cadena de indecisiones en la cobertura permitió que Krychowiak empujara a placer el balón para subir el segundo en el luminoso. La jugada parece que venía precedida de un flagrante fuera de juego pero es un matiz que no atenúa en modo alguno la desidia de los jugadores verdiblancos. Hasta el final todo transcurrió por los mismos derroteros, con un Betis que no trenzaba ninguna jugada de peligro y con un Pepe Mel que observaba impasible como el equipo cometía constantes desajustes, se alargaban sus líneas y permitía que Sergio Rico se convirtiera en un espectador más. Para colmo, Castro desperdició la mejor oportunidad de la noche al enviar a las nubes el lanzamiento de un penalti cometido sobre Ceballos, si bien es cierto, Banega mandó con anterioridad dos balones a los palos que hubieran puesto la eliminatoria aún más cuesta arriba. El público volvió a pedir la cabeza de Mel y opino que al técnico madrileño se le ha acabado el crédito y debe ser relevado. Imagino que tendrá en Getafe una última oportunidad para evitar una destitución que parece cantada.   

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