miércoles, 2 de diciembre de 2015

Betis vs Sporting de Gijón (2-0)

Vadillo celebró su tanto con gran efusividad
   A pesar de que los técnicos habían avisado en la previa de su intención de intentar llegar lo más lejos posible en el torneo, tanto Pepe Mel como Abelardo confeccionaron para este encuentro de ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey un once plagado de jugadores poco habituales en el torneo doméstico. Está claro que lo da de comer es la Liga y es ahí donde deben derrocharse buena parte de los esfuerzos del año. Por parte bética, saltaron de inicio al césped del Benito Villamarín los siguientes jugadores: Giménez en la puerta; Molinero, Figueras, Pezzella y Vargas en defensa; Petros, Xavi Torres, Van de Vaart, Vadillo y Portillo, en la zona ancha, quedando Van Wolfswinkel situado en la punta del ataque. El encuentro comenzó con juego predecible en manos equipos. Eran patentes los problemas en la circulación de balón, si bien el cuadro asturiano comenzó a asentarse mejor en el campo y a hacerse con la mayor parte de la posesión. Dos pérdidas de balón de Vargas y Vadillo, a los que la inactividad les pasaba factura, estuvieron a punto de convertirse en ocasiones de claro peligro para la meta defendida por Giménez. 

   No obstante, sería el Betis el que tendría la ocasión más clara del primer tiempo, después de que Portillo enviara al travesaño un centro medido desde la derecha procedente de las botas de un voluntarioso Van der Vaart. Vadillo lo intentaba de todas las maneras, eran evidentes sus ganas de agradar. Los hombres de Mel mandaron en el encuentro durante el cuarto de hora posterior al susto provocado por el remate de Portillo pero en la recta final del primer acto sería de nuevo el Sporting el que se haría con el mando. Casi al final, fruto de esa mayor iniciativa, los rojiblancos estuvieron a punto de aprovechar una jugada que debería haber sido anulada por claro fuera de juego. El remate finalmente se perdió junto al palo izquierdo del marco bético y los jugadores de ambos equipos acabaron enfilando el túnel de vestuarios con el marcador como al comienzo. 

   Al poco de comenzar el segundo tiempo Petros, un coloso en la destrucción, apareció por banda derecha para colocar un centro que aprovechó Vadillo, libre de marca, sin dejarla caer para anotar el primero de la noche. La retaguardia asturiana  se vio superada y el canterano remató a placer, para su regocijo y el de los más de veinte mil que se dieron cita en Heliópolis. Era la recompensa a muchos meses de trabajo en la sombra. Tras el gol, el partido se abrió y el Betis encontró muchas más facilidades. El Sporting ahora se presentaba como un equipo más precipitado que no inquietaba la meta de Giménez, por momentos un espectador más. Vadillo abandonó el terreno de juego entre los aplausos del respetables y su puesto fue ocupado por Kadir, que le dio gran dinamismo al juego. Molina sustituyó poco después a Van der Vaart que, aunque ofreció algunos detalles interesantes, aún se le ve con poco ritmo de competición. El Sportinguista Fraile salió en el último tramo del partido y puso en jaque varias veces a la defensa gracias a sus acometidas por banda. El último cambio del Betis fue Ceballos, que suplió a un desasistido Van Wolfswinkel. El de Utrera cada vez parece un jugador más hecho. Casi al final, Alberto le sacó un balón extraordinario al canterano bético que la grada ya cantaba como el segundo de la noche, tanto que llegaría en el tiempo añadido. Una buena combinación entre Ceballos y Kadir le permitió al argelino internarse en el área y asistir a Vargas que llegaba desde atrás. El peruano definió perfectamente para cerrar el marcador y casi la eliminatoria. Los "locos de la cabeza" se marcharon contentos a casa al romperse la racha negativa de resultados en casa.

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