Molina volvió a ser decisivo para el Betis |
El RBB recibía esta noche a uno de los gallitos de la categoría con el pesado bagaje de las cuatro derrotas cosechadas en Villamarín de forma consecutiva. La racha negativa se había cortado en parte tras el triunfo copero logrado el pasado miércoles ante el Sporting pero ahora tocaba darle continuidad en liga. Mel confió de inicio en los mismos hombres que vencieron en el Ciudad de Valencia, con la salvedad del cambio obligado por lesión de Giménez por Adán. El partido comenzó con ritmo, siendo el equipo local el que llevaba la iniciativa. No obstante, los errores en la circulación y el pase comprometían de forma peligrosa las pretensiones de acercamiento hacia las metas rivales. No obstante, el Betis se fue haciendo con el control de encuentro. Giménez observaba el transcurso de los minutos como un espectador más, sin que ningún jugador céltico inquietara su puerta. Las dos primeras ocasiones de peligro real tuvieron precisamente el sello verdiblanco, primero por mediación de Cejudo, con un peligroso disparo desde la frontal y a continuación N´Diaye, tras plantarse libre de marca ante el marco de Sergio Álvarez. Afortunadamente para los intereses del cuadro gallego, el meta céltico estuvo acertado en ambas ocasiones para desbaratar el peligro. A renglón seguido, después de una contra perfectamente ejecutada, fueron los hombres adiestrados por Berizzo los que hicieron moverse el electrónico de Villamarín. La defensa verdiblanca se vio superada con la rápida acción desplegada por el ataque vigués y Giménez nada pudo hacer para evitar que la culminación de Bongonda se convirtiera en el primer gol de la noche. El resultado no hacía justicia a los méritos ofrecidos por unos y otros, sin embargo tocaba remar de nuevo con el marcador en contra. El cuadro heliopolitano siguió a lo suyo, manteniendo la posesión de balón y tratando por todos los medios de cercar la meta rival, si bien ya no habría más opciones de peligro hasta la finalización del primer acto.
Tras el paso por vestuarios, el Betis salió decidido a recuperar el terreno perdido. Las cosas se pusieron muy pronto de cara. Petros, de nuevo un portento en la labor de la recuperación, interceptó un balón muy cerca de la frontal y fue agarrado por Jonny cuando se disponía a encarar la meta defendida por Sergio Álvarez. La jugada no presentaba dudas y el colegiado mostró al zaguero la cartulina roja. El dominio bético se hizo todavía más claro e incesante. El saque de la falta acabó con el balón en el palo derecho, tras la precisa ejecución de Joaquín. Aunque se mascaba, el empate no llegaba y los minutos iban pasando. Posteriormente, Wass sacó un par de balones bajo palos cuando ya se colaban, situaciones que acabaron por desquiciar a la sufrida parroquia bética. Además, no era hoy el día de Rubén Castro. El delantero canario cabeceó fuera un servicio medido de Piccini desde la derecha, desaprovechando una ocasión que el canario no suele perdonar. Mel, otros días muy cuestionado por las decisiones tomadas desde el banquillo, atinó con los cambios. Molina ocupó el sitio de un desafortunado Cejudo, despedido con división de opiniones desde la grada, Vadillo, recuperado para la causa tras su notable actuación en la cita copera, reemplazó a N´Diaye y Van der Vaart a Westermann. Fueron cambios arriesgados, motivados por la desventaja en el marcador y por la superioridad numérica sobre el tapete, pero el experimento salió bien. Las ocasiones siguieron llegando pero los jugadores no eran capaces de concretar, algo que por momentos logró desesperar a la grada. Van der Vaart ejecutó otra falta desde la frontal, de nuevo sin consecuencias en el marcador, pero instantes después el omnipresente Petros, timón del Betis por poderío y clarividencia, asistió desde la frontal a Molina y el de Alcoy, con su típico movimiento de ariete puro, se giró para batir a placer la meta gallega. Quedaba tiempo y los locales siguieron volcados con la firme intención de llevarse todo el botín en juego, que no era sino lo que realmente merecían tras el buen encuentro disputado. No obstante, el Celta bien pudo poner el marcador de nuevo en franquicia tras una contra, la única del segundo tiempo, bien llevada por Wass, que Nolito no supo concretar cuando lo tenía todo a su favor. Cuando se consumían los cuatro minutos de descuento Joaquín no pudo darle dirección a un centro elevado en el interior del área y el encuentro finalizó con tablas. Era un premio escaso para los hombres de Mel pero el público enfiló los vomitorios con satisfacción por las buenas prestaciones desplegadas por los suyos.
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