Cejudo entre una nube de jugadores rojiblancos |
Nueva derrota del RBB como local y ya van cuatro seguidas. Nuevo enfado del respetable y ya ni se sabe cuantos van. Tras los descalabros ante Deportivo, Español y Athletic, Mel planteó un dibujo distinto para recibir al poderoso Atlético de Madrid. El técnico decidió jugar más replegado, colocando un trivote en la medular y un solo punta, pero el sistema volvió a fracasar debido a los errores de bulto y, porque no decirlo, a la preocupante falta de tensión. Nadie se escapa de la quema, desde el técnico, que no parece tener claro como hacer jugar al equipo con lo que tiene, hasta la alarmante falta de calidad de varios de los jugadores llamados a ser titulares. Desde el principio, los hombres de Simeone jugaron a placer, dominando todas las facetas del juego. El Betis apenas tiró una vez a puerta en todo el partido, concediendo todo tipo de situaciones en defensa. Así resulta poco menos que imposible. Esta noche volvió a resultar frustrante ver a este equipo, al que solo la falta de puntería de los colchoneros le libró de una goleada de escándalo.
Mel situó a Digard, N´Diaye y Xavi Torres en la medular, tratando de sostener al equipo y hacer frente a la fortaleza del conjunto del Manzanares. Cejudo y Joaquín se posicionaban en las alas, con Rubén Castro arriba tratando de rentabilizar el posible juego generado en la sala de máquinas. Pero como ha ocurrido en otras ocasiones, antes de que se alcanzaran los diez minutos de juego el conjunto verdiblanco ya iba abajo en el marcador. Tras una jugada indecente, una pérdida de balón absurda de Xavi Torres que pretendía sacar un balón jugado cuando esa virtud no está a su alcance, el balón le llegó en la frontal al Torres rojiblanco. Aunque Adán atinó a despejar su potente disparo, el rechace le llegó a Koke quien, para desesperación de la grada, solo tuvo que empujar el esférico a la red sin que ni el propio Xavi Torres ni Bruno fueran capaces de alejar el peligro. El público tiene razón en tomarla con el centrocampista de Jávea, no solo porque formaba parte de la espantosa cuadrilla que nos mandó a segunda con veinticinco puntos en el casillero, sino porque sus limitaciones como futbolista de élite son más que palpables. No obstante, el tremendo error de Xavi Torres no es, desgraciadamente, lo más preocupante de este equipo. La primera plantilla cuenta con varios jugadores que detentan el rol de titular y que, sencillamente, no están a la altura. Espero que el señor Ollero recapacite y se piense bien si lo de ir al mercado invernal es necesario o no.
Mel pretendía jugar agazapado, esperando al rival para aprovechar alguna llegada. Una acción indecorosa obligó a modificar el guión si lo que se pretendía era sacar algo positivo del envite. Ahí es donde saltaron a relucir todas las carencias. El belga Carrasco hizo cuanto quiso por banda izquierda (solo le faltó culminar algunas de las acciones que tuvo para cerrar una actuación sobresaliente), Koke mandó a su antojo y, afortunadamente para el conjunto local, Griezmann no tuvo su noche y mandó al limbo el sinfín de oportunidades que pasaron por sus botas. El resultado no se movió a la conclusión del primer acto, con la grada abroncando al equipo y ensañándose con el referido Xavi Torres. El cambio para el inicio del segundo acto estaba cantado. Mel sabía que no era bueno para el equipo que los aficionados descargaran su ira contra uno de los suyos así que Ceballos ocupó el lugar del desafortunado centrocampista alicantino. Aún así, nada cambió. Hasta la hora de juego no llegó la primera y, probablemente, única ocasión de verdadero peligro para los intereses heliopolitanos. Una buena triangulación en banda izquierda acabó con el balón en las botas de Cejudo. El atacante de Puente Genil culminó la jugada con un zapatazo que solo la portentosa actuación de Oblak evitó que se convirtiera en el empate. Cosas del fútbol. La última media hora se saldó con un juego alocado por parte local y continuos errores en la culminación por parte atlética. Por momentos, la debilidad del Betis transmitía pánico a los aficionados. Para colmo, Adán y Digard tuvieron que retirarse lesionados del encuentro, el meta, tras un encontronazo con Godín en el área bética y Digard, por culpa de una rotura muscular que parece que le tendrá de nuevo apartado de los terrenos de juego varias semanas. El escenario vuelve a ser preocupante a pesar de estar cinco puntos por encima del descenso. Las sensaciones que transmite el equipo son malas y el entorno nunca deja de estar crispado, por uno o varios motivos.
Mel situó a Digard, N´Diaye y Xavi Torres en la medular, tratando de sostener al equipo y hacer frente a la fortaleza del conjunto del Manzanares. Cejudo y Joaquín se posicionaban en las alas, con Rubén Castro arriba tratando de rentabilizar el posible juego generado en la sala de máquinas. Pero como ha ocurrido en otras ocasiones, antes de que se alcanzaran los diez minutos de juego el conjunto verdiblanco ya iba abajo en el marcador. Tras una jugada indecente, una pérdida de balón absurda de Xavi Torres que pretendía sacar un balón jugado cuando esa virtud no está a su alcance, el balón le llegó en la frontal al Torres rojiblanco. Aunque Adán atinó a despejar su potente disparo, el rechace le llegó a Koke quien, para desesperación de la grada, solo tuvo que empujar el esférico a la red sin que ni el propio Xavi Torres ni Bruno fueran capaces de alejar el peligro. El público tiene razón en tomarla con el centrocampista de Jávea, no solo porque formaba parte de la espantosa cuadrilla que nos mandó a segunda con veinticinco puntos en el casillero, sino porque sus limitaciones como futbolista de élite son más que palpables. No obstante, el tremendo error de Xavi Torres no es, desgraciadamente, lo más preocupante de este equipo. La primera plantilla cuenta con varios jugadores que detentan el rol de titular y que, sencillamente, no están a la altura. Espero que el señor Ollero recapacite y se piense bien si lo de ir al mercado invernal es necesario o no.
Mel pretendía jugar agazapado, esperando al rival para aprovechar alguna llegada. Una acción indecorosa obligó a modificar el guión si lo que se pretendía era sacar algo positivo del envite. Ahí es donde saltaron a relucir todas las carencias. El belga Carrasco hizo cuanto quiso por banda izquierda (solo le faltó culminar algunas de las acciones que tuvo para cerrar una actuación sobresaliente), Koke mandó a su antojo y, afortunadamente para el conjunto local, Griezmann no tuvo su noche y mandó al limbo el sinfín de oportunidades que pasaron por sus botas. El resultado no se movió a la conclusión del primer acto, con la grada abroncando al equipo y ensañándose con el referido Xavi Torres. El cambio para el inicio del segundo acto estaba cantado. Mel sabía que no era bueno para el equipo que los aficionados descargaran su ira contra uno de los suyos así que Ceballos ocupó el lugar del desafortunado centrocampista alicantino. Aún así, nada cambió. Hasta la hora de juego no llegó la primera y, probablemente, única ocasión de verdadero peligro para los intereses heliopolitanos. Una buena triangulación en banda izquierda acabó con el balón en las botas de Cejudo. El atacante de Puente Genil culminó la jugada con un zapatazo que solo la portentosa actuación de Oblak evitó que se convirtiera en el empate. Cosas del fútbol. La última media hora se saldó con un juego alocado por parte local y continuos errores en la culminación por parte atlética. Por momentos, la debilidad del Betis transmitía pánico a los aficionados. Para colmo, Adán y Digard tuvieron que retirarse lesionados del encuentro, el meta, tras un encontronazo con Godín en el área bética y Digard, por culpa de una rotura muscular que parece que le tendrá de nuevo apartado de los terrenos de juego varias semanas. El escenario vuelve a ser preocupante a pesar de estar cinco puntos por encima del descenso. Las sensaciones que transmite el equipo son malas y el entorno nunca deja de estar crispado, por uno o varios motivos.
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