domingo, 23 de noviembre de 2014

Betis vs Deportivo Alavés (1-2)

       Descomposición total. La cuestión ya no es únicamente fulminar al entrenador. Su ineptitud está más que probada desde que comenzó a rodar la pelota que anota puntos en el casillero. La realidad es que existen muy pocos individuos en el actual organigrama bético capaces de timonear la nave. Están viniendo muy mal dadas y se precisa gente competente que sepa lo que tiene entre manos y tenga compromiso. Lo de esta tarde es sencillamente inadmisible. No hay necesidad de pasar por este bochorno una y otra vez. El equipo está roto, desmembrado, no hay conexión ni confianza. Ceballos, el chaval canterano, es el único que el aficionado comprueba que se desfonda en el campo, con criterio, con ganas, con rabia y con calidad. Fue el único que le echó bemoles al juez del partido en la jugada del penalti, solicitando airosamente la segunda amarilla del central alavesista. Para hacerse una idea de la implicación y espíritu del muchacho. ¡Y se plantean si renovarlo! Lo dicho, inadmisible. Ni un segundo más, Velázquez. Ni un segundo más, todos los demás.

Absolutamente inadmisible.

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