viernes, 30 de septiembre de 2016

Real Sociedad vs Betis (1-0)


   El RBB ha caído esta noche en Anoeta (1-0) con todo merecimiento, dejando una pobrísima imagen en la retina de los aficionados y evidenciando serios problemas tanto en la creación como a nivel defensivo. El conjunto txuriurdin fue el único que propuso hoy argumentos para hacerse acreedor a la victoria, contando durante casi todas las fases del choque con el dominio, la posesión y las ocasiones. La medular que dispuso Poyet sobre el terreno de juego se vio continuamente superada y fue incapaz de proponer soluciones. El técnico uruguayo realizó varios cambios en la alineación inicial, unos obligados por los problemas físicos de algunos de sus hombres y otros por decisión técnica. En cualquier caso, el equipo no carburó y se vio sobrepasado durante la práctica totalidad del encuentro por el conjunto donostiarra, que solo pasó algunos apuros en los minutos finales, cuando el esfuerzo físico provocado por llevar el peso del partido les hizo mella. Tras el tanto local, el Betis no tuvo capacidad de reacción para intentar traerse algo positivo, dejando unas sensaciones preocupantes antes del nuevo parón liguero previsto en el calendario para dar cabida a los compromisos de las selecciones nacionales.

   Gustavo Poyet volvió al 4-3-3, con las novedades en la zaga de Álex Martínez y Bruno ocupando el puesto de los lesionados Durmisi y Mandi; en la medular aparecía por vez primera en lo que va de campeonato Dani Ceballos junto a Petros y Felipe y en la punta observábamos la presencia de Joaquín en banda y la dupla Castro-Alegría. El encuentro comenzó con claro dominio realista, siendo los blanquiazules los que tenían la posesión y las pocas ocasiones. Poco antes del cuarto de hora, William Jose cabeceó un centro desde la derecha y obligó a Adán a realizar una gran intervención para evitar el primero de la noche. Instantes después, Joaquín se encargó del lanzamiento de una falta pero el balón salió algo desviado junto al palo derecho defendido por Rulli. A renglón seguido, los locales reclamaron penalti en una acción en la que Pezzella pudo tocar la pierna de Oyarzabal en el interior del área, pero el colegio no apreció pena máxima, a pesar de las quejas que llegaban desde las despobladas gradas de Anoeta. La Real seguía llegando muy fácil y aunque no contaba con ocasiones de cara al marco de Adán, la sensación era de peligro latente. El centro del campo bético era un esperpento. Ceballos no tenía protagonismo, apenas tocaba el balón, Felipe y Petros se veían superados continuamente y cometían errores en la salida del balón. Carlos Vela se aprovechaba de los huecos y su actividad mantuvo continuamente en jaque a los verdiblancos. Entretanto, William Jose puso de nuevo a prueba a Adán pero el meta madrileño reaccionó de nuevo al testarazo del ariete brasileño. Daba la sensación de que los hombres del ataque eran meros espectadores de excepción, hasta que Castro, superada la media hora de juego, se presentó solo delante de Rulli tras una buena transición llevada a cabo por Joaquín y Alegría. Desafortunadamente, el meta argentino de la Real se anticipó abajo y desbarató el peligro. A partir de ahí, los locales perdieron algo de frescura, momento en el que llegaron las mejores ocasiones béticas. Álex Alegría, en una gran maniobra desde la frontal, disparó a la media vuelta pero el balón se marchó junto al palo derecho y casi al final del primer acto, una buena jugada acabó con Álex Martínez en línea de fondo pero su servicio lo cabeceó Rubén Castro por encima del larguero. El delantero canario se quejó de un posible agarrón en el momento del remate pero el colegiado lo que decretó fue el final de los primeros cuarenta y cinco minutos.

   El paso por vestuarios no modificó el escenario y los locales incrementaron más aún, si cabe, su dominio. Brasanac reemplazó en el terreno de juego a un desafortunado Felipe Gutiérrez pero el signo de partido no cambió. El lateral izquierdo Héctor Hernández le amargó la noche a Piccini, que cuajó de nuevo un pésimo partido. Obviamente, no siento especial ojeriza por el italiano pero sus nula prestaciones deben ser denunciadas, sobresalió su pobrísimo nivel dentro de un mal tono generalizado. El rival cuenta con una auténtica autopista por su flanco y dudo mucho que Poyet no se haya percatado ya de esta situación. Sobrepasada la hora de partido Oyarzabal colocó un pase al hueco y ni Bruno ni Piccini, que volvió a fallar en la marca, pudieron frenar la llegada desde atrás de Vela, que solo tuvo que lanzarse para empujar el servicio del prometedor canterano realista. Poyet realizó un extraño doble cambio, dando la oportunidad a Nahuel, que debutaba en el campeonato, y Musonda, en sustitución de Joaquín, el más entonado de su equipo, y Castro. Las permutas no hicieron reaccionar al equipo y solo el desfonde físico acusado por los locales permitió que el juego transcurriera en terreno realista. Aún así, fue Adán el que tuvo que impedir que la Real cerrara el encuentro, primero tras un disparo de Zurutuza que el meta bético detuvo sin demasiados apuros y, sobre todo, en los compases finales, cuando desbarató la llegada de Oyarzabal en un escorzo más propio de un meta de balonmano. Nada de nada, el Betis cayó con justicia y tras el parón nos visitará el Madrid. Hay que entonar un mensaje de autocrítica. ¡Qué poco dura la tranquilidad en Heliópolis! 

viernes, 23 de septiembre de 2016

Betis vs Málaga CF (1-0)


   El RBB ha logrado esta noche una balsámica victoria, la primera del ejercicio en Villamarín, ante un correoso Málaga CF que nunca bajó los brazos. En un encuentro muy accidentado, donde el galeno heliopolitano tuvo que multiplicarse para atender las incidencias que se fueron gestando durante la batalla deportiva, los hombres de Poyet lograron por fin dejar todo el botín en las alforjas gracias a un solitario gol de Joaquín, que se volvió a reivindicar con una actuación sublime que el respetable supo recompensar. El portuense está en un momento de forma francamente envidiable, aportando al grupo grandes dosis de calidad y generosidad en el esfuerzo cuando la ocasión lo requiere. Otra de las caras positivas que nos dejó esta sexta jornada es la confirmación de Álex Alegría como futbolista de primer nivel. El canterano está siendo la gran sensación de este inicio de campaña gracias a su movilidad, verticalidad y juego por alto, virtudes todas que se añaden a su entrega y devoción. El ariete de Plasencia fue vitoreado con todo merecimiento en los compases finales del choque y esta afición si algo sabe es reconocer los destellos de calidad cuando el balón lo empuja alguien vestido de verdiblanco. Hay que resaltar también el caso de otros dos canteranos, en este caso a la inversa. Por un lado, Fabian ha pasado de titular a no ir convocado, resultando incontestable el peso de una realidad que destapa la incapacidad del palaciego para ocupar un puesto en el equipo. Por otro, Ceballos sigue sin contar con la confianza del técnico y de nuevo se quedó sin minutos en el encuentro.

   Gustavo Poyet tuvo que hacer varias permutas en el once de las últimas dos jornadas debido a las bajas, sobre todo en la zaga. Rafa Navarro, jugando a pierna cambiada, se ubicó en el costado izquierdo para suplir a los lesionados Durmisi y Álex Martínez. Bruno, por su parte, ocupó junto a Pezzella el hueco en el eje de la defensa dejado por Mandi, que no llegó a tiempo al envite. El dibujo en esta ocasión era un claro 4-4-2, con una medular formada por Felipe Gutiérrez y Petros, que actuaban por dentro, con dos bandas bien definidas, encarnadas en las figuras de Musonda y Joaquín. Arriba, Rubén Castro, que llegó al encuentro muy justo, tras no haberse ejercitado junto al grupo ni miércoles ni jueves, formaba pareja junto a Álex Alegria. En los preliminares del encuentro la afición quiso mostrar su malestar con el estamento arbitral, alzando de forma mayoritaria unas cartulinas amarillas con las que quiso expresar su disgusto por los puntos escamoteados en lo que va de temporada. Tras los clásicos minutos de tanteo, el Betis dio un paso al frente con una llegada de Navarro por el flanco izquierdo, aunque el lanzamiento final de Petros se marchó desviado. A los veinte minutos llegó el primer contratiempo para Poyet, al caer lesionado Pezzella cuando pugnaba por la posesión con un jugador malacitano. Donk reemplazó al argentino, debutando de esta manera en la competición. El tulipán cuajó un encuentro impecable, aportando altura, contundencia y salida de balón. Los jugadores blanquiazules protestaron al colegiado una jugada donde reclamaban el derribo de Bruno a Juanpi dentro del área. La repetición de la jugada determina que el tinerfeño no solo toca balón sino que el supuesto contacto con el fantástico delantero venezolano del Málaga tiene lugar fuera del área. Acertó Álvarez Izquierdo a pesar de las incesantes protestas de los hombres adiestrados por Juande Ramos. A renglón seguido llegó la jugada del único gol del partido, cuando una jugada por el costado derecho desembocó en un centro perfecto de Musonda a la posición de Joaquín, que cabeceó sin oposición a la red. Tras el tanto bético, el cuadro costasoleño contó con hasta tres ocasiones clarísimas para haber restablecido la igualada en las botas de Kuzmanovic, tras error en la salida de balón de Petros y, sobre todo, de Ricca, que envió el esférico al palo. Tras estos instantes de asedio visitante, el Betis fue capaz de reconducir de nuevo el encuentro al lugar que le interesaba y así se llegó al final del primer acto.

   El paso por vestuarios no propició ningún cambio sustancial en el escenario de la contienda. Aunque el juego era de ida y vuelta, el Betis puedo haber cerrado el encuentro en una rápida contra iniciada por Petros, muy activo toda la noche. El despeje de Kameni a remate de Castro lo recogió Alegría pero el disparo del canterano a puerta vacía fue despejado bajo palos por Miguel Torres. Ambos técnicos comenzaron a mover los banquillos. Por parte bética, Poyet quiso dar consistencia a la medular, colocando a Brasanac en el encuentro en el puesto de Castro, permuta que la grada no acabó de entender. Desgraciadamente, el serbio tuvo que abandonar el partido a los dos minutos de sustituir al canario, tras recibir un fuerte golpe en la cara del que no se pudo recuperar. Sería Cejudo entonces el que saltaría al césped para intentar amarrar el resultado. Por momentos, los locales no consiguieron salir de atrás y la situación le concedió al Málaga alguna ocasión de aproximarse a las inmediaciones de Adán. El meta madrileño vio como el poste se interponía de nuevo en las intenciones de Ricca y tuvo que emplearse a fondo para evitar que el disparo de Juanpi arruinara la primera victoria casera de su equipo. Al final, el Betis consiguió hacer valer el tanto de Joaquín gracias al encomiable esfuerzo de todos los jugadores y a una comunión perfecta con el público, que cedió su aliento cuando peor lo pasaban sus hombres. Importante victoria que, a buen seguro, concederá confianza para los próximos compromisos y asentará a Poyet en el banquillo.

martes, 20 de septiembre de 2016

Sevilla FC vs Betis (1-0)


   El primer derbi de la temporada deparó un choque pobre en lo futbolístico, mucha tensión, polémicas y refriegas constantes. Como casi siempre en los últimos tiempos, el cuadro de Nervión se llevó la victoria ante el eterno rival gracias al solitario gol anotado por Mercado al comienzo de la segunda mitad. No necesitó mucho más el Sevilla FC para imponerse en un partido bronco y carente de brillo, un choque viril de los de antes donde la filigrana no tuvo cabida. El planteamiento de Poyet fue pobre, cicatero, previsible y a todas luces insuficiente para una cita de tanta enjundia. Competir no es suficiente si tu equipo apenas pisa el área rival a lo largo de los noventa minutos. Sobra decir que el gol anulado a Álex Alegría fue completamente legal pero el encuentro ha dejado muchos más detalles que obligan una vez más a hacer autocrítica. El equipo heliopolitano roza la indigencia, su juego es miserable y carente de verticalidad y el respaldo desde el banquillo es sencillamente inexistente. Eso es lo realmente enervante.

   Durante toda la primera mitad la consigna de Poyet fue clara: cederle la posesión al rival y frenar el juego del oponente, proponiendo mucha testiculina y fortaleza en los balones divididos. El recurso atacante pasaba por pleitear los balones puestos en largo, aguardando a que el bueno de Álex Alegría pudiera cazar alguna de las que le llegaba. El Sevilla lo intentó más pero sus argumentos resultaron escasos para poner en apuros a Adán. El juego resultó demasiado atropellado, las interrupciones fueron constantes y el exceso de revoluciones marcó la tónica de una primera muy escasa de vistosidad. Un error grosero de Bruno, que se vio sorprendido por Vietto cuando pretendía cubrir el balón con el cuerpo, pudo costarle caro al Betis pero el ariete sevillista no anduvo acertado de cara al marco. Petros estaba en todos los líos y su exceso de ímpetu levantó la ira de la grada en varias ocasiones. Desafortunadamente, el brasileño se pierde en sus propias carencias y su aportación en la medular casi siempre resulta insuficiente.

   El escenario del partido cambió tras el gol sevillista. A los cinco minutos de la reanudación Nasri botó una falta en tres cuartos y Mercado atinó a tocar el balón entre un bosque de piernas, lo justo para cambiar la trayectoria del balón y batir a Adán. La falta de contundencia defensiva volvió a ser determinante, un lastre que el Betis no termina por erradicar. El equipo se vio obligado a dar un paso hacia delante, era preciso tener más presencia en zona de relevancia para sacar algo positivo de la visita al Sánchez Pizjuán. Ceballos intentó imprimir otro ritmo al partido, el canterano era el único que podía meterle una marcha más al juego. Poco después de que Mercado moviera el luminoso llegó la jugada polémica del encuentro. Rubén Castro, perfectamente habilitado, recogió en el interior del área el pase filtrado de Joaquín y asistió a Álex Alegría, que empujó el esférico al fondo de las mallas. Lamentablemente, el asistente observó fuera de juego en la posición de Castro y el gol no subió al marcador. Minutos después el canario lo intentó desde lejos después una buena triangulación del equipo pero Rico deshizo el peligro con una buena estirada. Vázquez pudo haber puesto más tierra de por medio pero su lanzamiento de rosca se marchó lamiendo el palo derecho. El juego subterráneo, los piques y las brusquedades condujeron al encuentro hasta su recta final y el Betis ya no volvió a inquietar el arco rival. Continúa la racha negativa ante el vecino, el aficionado heliopolitano volvió a enfilar los vomitorios con la cabeza gacha. La mayoría de crónicas vendrán indefectiblemente marcadas por el escandaloso error de bulto del trío arbitral pero esta circunstancia no debe ocultar las penosas prestaciones del juego verdiblanco. Seguramente haya aficionados que no estén del todo descontentos por haber mejorado la imagen con respecto a derbis anteriores, es sin duda el consuelo de los miserables, de los tragones, de los pusilánimes, de los que transigen con todo. La diferencia existente en la actualidad entre ambas entidades es sideral, es posible que sea tanta que  la rivalidad de antaño está quedando destrozada, pero de ahí a tener que conformarse con una derrota digna media un abismo. 

viernes, 16 de septiembre de 2016

Betis vs Granada CF (2-2)


   El RBB hizo méritos más que suficientes para lograr su segunda victoria del campeonato pero un desastroso arranque de partido y la imprecisión de cara al marco rival le impidieron dejar en Heliópolis todo el premio en juego. Fueron innumerables las ocasiones de las que gozó el cuadro verdiblanco para haber remontado un encuentro que se le puso muy cuesta arriba a la media hora de juego. Salió valiente el Betis pero la mordiente le duró a penas 10 minutos ya que a partir de ese momento sería el conjunto adiestrado por Jémez el que tomaría la iniciativa. Veinte minutos de desastre generalizado fueron suficientes para que el Granada CF se pusiera por delante con dos goles de ventaja, un escollo demasiado grande de superar. Poyet apostó de inicio por el mismo once que tan buenas prestaciones le había otorgado en Valencia pero en esta ocasión no se pudieron apreciar ni la intensidad ni la presión exhibida entonces. 

   Como decimos, el Betis salió dispuesto a llevarse el triunfo, de nuevo con un trivote en la medular formado por Petros, Brasanac y Fabián. El juego alocado del brasileño, la inexperiencia del canterano y la poca aportación del serbio fueron cruciales, sobre todo en el primer tiempo. Rubén Castro caía al costado izquierdo, por donde aparecía también frecuentemente Durmisi, Joaquín lo hacía por el ala derecha y en la punta quedaba como estilete Álex Alegría. El canterano realizó un partido soberbio ya que, además de ser el autor de los dos tantos de su equipo, se fajó como un coloso, se ofreció constantemente y enlazó con sus compañeros, valiéndose de su extraordinario poderío aéreo. A los diez minutos de partido, Bueno, que  discurría por el ala izquierda, realizó un desplazamiento de balón en largo que controló a la perfección Carcela. El marroquí se acomodó el cuero a su pierna buena y se aprovechó de la displicencia de Durmisi y los centrales a la hora de cubrir los huecos para, de fuerte zurdazo, introducir el balón en la meta de Adán. El gol cayó como un jarro de agua fría en el graderío. Joaquín intentó la igualada poco después con una jugada marca de la casa pero el ensayo concluyó con un disparo que se perdió junto al palo derecho de Ochoa. El Betis no carburaba, la agresividad y la tensión se habían convertido en desaplicaciones y errores de bulto, como el que dio origen al segundo gol nazarí. Carcela de nuevo enfiló desde el costado derecho, sorteando a cuantos rivales le salían al paso, y, entre la falta de contundencia de la zaga y una serie de rebotes desafortunados, hicieron que el balón cayera en las botas de Bueno. El ariete no se lo pensó y soltó un fuerte chut desde la frontal que batió sin remisión a un desesperado Adán. Cuando peor pintaban las cosas, Rubén Castro asistió de forma impecable a Álex Alegria, que destrozó de un potentísimo testarazo la portería granadina. Quedaba mucho tiempo por delante y el Betis se fue arriba como un ciclón. Pudo incluso haber restablecido la igualada antes del paso por vestuarios pero ni Joaquín, clamoroso su error, ni Castro, a renglón seguido, fueron capaces de concretar las ocasiones. Con Musonda ya en el campo, que ocupó el lugar de un desafortunado Fabián, los verdiblancos ganaron en profundidad y el Granada no era capaz de frenar todo el juego de ataque que proponían los locales. 

   El Betis continuó con esta dinámica al inicio de segundo acto. Las decisiones arbitrales ayudaron a que el césped de Villamarín se convirtiera en una trepidante polvorín. Del Cerro Grande no quiso ver un claro manotazo a Durmisi en el interior del área poco antes de que Joaquín estrellara un balón en el palo tras el bote de un golpe franco. El desorden de la medular no impidió que las llegadas béticas fueran incesantes. Musonda hizo valer su punta de velocidad para marcharse por banda derecha y provocar, justo antes de pisar el área, la segunda tarjeta amarilla para Vezo. Quedaban 35 minutos para darle la vuelta al marcador contra un rival que tenía que afrontar el encuentro con diez hombres. Durmisi y Piccini se incorporaban una y otra vez al ataque y sería precisamente el italiano quien, tras una buena jugada colectiva, asistiría a Alegría que, con un temple y personalidad inusuales, logró por fin restablecer el empate. El conjunto bético aflojó un poco el ritmo y, desgraciadamente, una decisión del colegiado enturbiaría los ánimos del respetable. Con el Betis volcado, el Granada logró elaborar una contra que debió ser invalidada ya que Ponce se sirvió de la mano para controlar en el inicio de la misma. La rápida jugada propició que Atzily se plantara solo delante de Adán y el trencilla apreció penalti en el lance donde el meta bético había logrado rebañar el balón sin tocar al jugador. Las quejas no sirvieron de nada y Ponce se situó en el punto fatídico para lanzar la pena máxima. Sin embargo, el de Mejorada del Campo tenía reservada una de las suyas para mantener vivo el deseo de victoria de los suyos. Por dos veces salvó Adán a los suyos, tras detener el lanzamiento del penalti y en un primer rechace, jugada que culminaría Mandi al despejar bajo palos el segundo disparo de Ponce. La euforia se desató en el estadio con un público enfervorice que volvía a tener fe en la remontada. El Granada comenzó a valerse del juego subterráneo para detener las acometidas béticas, recurriendo a feas entradas que en alguna ocasión desembocaron en tanganas que cargaron de tarjetas a uno y otro bando. Con los nervios a flor de piel, Dani Giménez fue expulsado por culpa de sus airados reproches al juez de la contienda. El tiempo reglamentario se consumía y en una de las últimas aproximaciones al área Felipe Gutiérrez fue claramente derribado, aunque el árbitro esta vez no estimó penalti. La repetición volvió a dejarle en mal lugar y el Betis salió perjudicado de su decisión. Hasta la conclusión, lo intentaron en desbandada Castro, hoy sin acierto ante el arco, y Mandi, que tras recibir un balón de Musonda en posición inmejorable, marró con todo a su favor. Fin del encuentro. El equipo se vació pero una mala primera parte y la falta de calidad de algunos hombres impidieron la remontada. 

miércoles, 14 de septiembre de 2016

La Constructora Heliopol, Encargada del Levantamiento del Nuevo Gol Sur


   El club ha dado a conocer el nombre de la constructora que ha sido seleccionada para la construcción de Gol Sur. Heliopol, empresa andaluza especializada en este tipo de obras, ha sido a juicio del consejo heliopolitano la constructora que mejor ha cumplido los requisitos solicitados, siendo especialmente valorados la solvencia técnica, que diera al Club las garantías de que las empresas tenían la capacidad para ejecutar el proyecto en los plazos y calidades requeridos y la solvencia económica, por la que la entidad tuviera la certeza de que el Gol Sur va a ser ejecutado con las debidas garantías. La ejecución del nuevo graderío estará concluido el próximo 30 de mayo y contará con un precio alzado, fijo y cerrado de 11,5 M€. Además de transparencia, el actual órgano rector verdiblanco quería garantizar que la empresa contratista se comprometiera a contratar para la ejecución al menos a un 25 por ciento del personal cualificado proveniente de la bolsa de trabajo que la entidad había habilitado en la Oficina de Atención al Bético. Sin duda, iniciativa acertada. 

domingo, 11 de septiembre de 2016

Valencia CF vs Betis (2-3)


   Se acabó el maleficio que pesaba sobre el equipo verdiblanco cada vez que le tocaba rendir visita al estadio de Mestalla. Rubén Castro, en el tiempo añadido, puso fin a tres décadas sin victoria en terreno valencianista, una racha demasiado larga que estuvo a punto de verse prolongada una temporada más por la mala gestión de los minutos finales. Una vez más fue el delantero canario el que llegó al rescate de un Betis que, en solo tres minutos, había sido capaz de dilapidar la ventaja de dos goles que tenía en el electrónico. Castro parece que no está en muchas fases del encuentro pero siempre aparece cuando su equipo lo necesita, con ese intuitivo imán que tiene para emerger cuando es necesario modificar el curso de la historia. Enorme alegría para el beticismo, una afición que segundos antes del tercer y definitivo tanto clamaba contra su equipo por la incomprensible pájara que había sufrido a partir del minuto 70, con el marcador prácticamente decidido y jugando con un hombre más. Las victorias lo curan todo pero no hay que pasar por alto determinadas circunstancias, como la penosa actuación de Piccini en defensa o las incongruencias perpetradas por Petros en jugadas puntuales. El brasileño es un jugador honesto donde los haya, siempre dona sacrificio y esfuerzo, pero adolece de unas más que palpables deficiencias técnicas que lastran al equipo. Brasanac fue la sorpresa positiva de la tarde. El recién llegado demostró unas excelentes prestaciones y fue junto a Durmisi, Adán y Castro de los más entonados del envite ante el cuadro levantino. Los centrales no estuvieron mal, Joaquín se mantuvo enchufado (de hecho, el bajón del equipo coincidió cuando el portuense fue sustituido) y Fabián, que tuvo que ser sustituido por Felipe durante el tramo inicial del encuentro tras recibir un golpe en la rodilla, parece convencer a Poyet. 

   La primera victoria de la temporada llegó con suspense, demoliendo los delicados corazones béticos y cuando parecía que el buen trabajo realizado durante casi todo el partido se iba al traste por culpa de un inesperado e inoportuno decaimiento generalizado de todo el equipo. Gustavo Poyet, que tuvo que ver el encuentro desde la grada, cumpliendo el primero de los dos partidos que los comités le han impuesto por sus apreciaciones al colegiado durante el partido ante el Deportivo, no convocó a Ceballos por razones técnicas. La medular que saltó al césped de Mestalla estaba compuesta por Brasanac, Fabián y Petros, Joaquín volcado en la izquierda y una dupla atacante formada por Castro, que caía a banda izquierda, y Álex Alegría. En la zaga no había sorpresas, con Mandi y Pezzella en el eje, con Piccini y Durmisi en los laterales. Salió muy enchufado el cuadro bético que hoy lucía su tercera equipación. Brasanac pronto mostró sus cualidades, multiplicándose en acciones defensivas y llegando arriba con mucha facilidad. El Betis se presentaba con frecuencia en las inmediaciones de la meta de Alves y tanto Castro como Alegría pudieron inaugurar el marcador. No obstante, los jugadores che traspasaban la medular bética con alarmante y pasmosa facilidad, poniendo también a prueba a Adán con demasiada frecuencia. Piccini, sobrepasada la media hora, se plantó por banda derecha para asistir a Castro que, con sangre fría, supo imprimir el ritmo adecuado en la jugada para colocar en la escuadra un balón que Alves en ningún caso pudo atajar. El Betis se marchaba a los vestuarios con ventaja en el luminoso, fruto de su mejor juego. 

   El segundo acto comenzó bien para los heliopolitanos ya que en pocos minutos el rival se quedó con diez en el terreno de juego y Joaquín culminó una contra con una fantástica galopada que se convirtió en el 0-2. Enzo Pérez vio la roja directa tras una escalofriante entrada a Durmisi, acción que pudo haberle causado un auténtico destrozo. Afortunadamente, el lateral danés se recuperó bien y sería precisamente el menudo y rápido futbolista el que colocaría un perfecto balón en largo que Joaquín definió con calma y destreza para duplicar la ventaja bética. El partido parecía cerrado, los locales estaban prácticamente noqueados, pero los hombres de Poyet levantaron el pie y este exceso de confianza otorgó al Valencia el aliento necesario para engancharse al partido. En el primer balón que tocaba, Munir estrelló un balón en el travesaño que encendió todas las alarmas. El partido se volvió loco y en menos de tres minutos Rodrigo, completamente solo, y Garay, tras recoger el rechace de Adán a la salida de un córner, lograron restablecer la igualada y deteriorar seriamente la buena imagen general mostrada por el Betis hasta ese momento. Por momentos parecía que iban a ser los pupilos de Ayestarán los que se iban a llevar los tres puntos en juego, teniendo que emplearse Adán a fondo con varias intervenciones de mérito. Sin embargo, en los estertores de la contienda apareció de nuevo Piccini por su flanco para colocar un balón que, aunque no alcanzó a rematar Zozulia, llegó medido a las botas del mejor goleador de la historia del club de las Trece Barras, ocasión que no desaprovechó para exhibir su demoledor olfato. Mestalla enmudeció. El genio insular había puesto de nuevo en ventaja a su equipo, esta vez de forma definitiva. A pesar del injustificado bajón, en el lado positivo hay que saber valorar la actitud del equipo hasta el último minuto, yéndose arriba con todo, sin rendirse ni perder la fe, afanado por traerse a Sevilla todo el botín en juego. El premio final, sin duda, puede considerarse justo. No hubo tiempo para más. Fin a una maldición que ha durado 30 años. 

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Ofrenda Floral en la Hermandad de Santa Genoveva


   El RBB ha realizado este mediodía la tradicional ofrenda floral de cada comienzo de temporada, en esta ocasión en la sede de la Hermandad de Santa Genoveva del popular Tiro de Línea. La entidad celebra este año el centenario Benito Villamarín y, tal y como expresó el club en su web, esta Hermandad mantiene un estrecho vínculo con el conjunto heliopolitano desde que el mítico presidente decidiera donar la canastilla del paso del Señor Cautivo para que esta pudiera hacer su primera estación de penitencia en el año 1958. Al acto han acudido el Consejo, el cuerpo técnico y la plantilla.