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Cristiano Piccini fue uno de los más destacados del estreno liguero. |
La vuelta del RBB a primera división puede calificarse de digna y aceptable. Teniendo en cuenta el rival de empaque que visitaba el coliseo de la Palmera es justo afirmar que los hombres de Mel cuajaron una actuación solvente, a pesar de haber expuesto las lógicas lagunas en el juego propias del inicio del campeonato. No faltaron las desaplicaciones y los errores de bulto, en determinadas fases del encuentro se notó una relativa carencia de armonización entre las líneas y el espectador pudo incluso apreciar las tristemente habituales faltas de calidad de algunos hombres. Pero lo que nunca se echó de menos en el estreno del conjunto heliopolitano fue la actitud, la intensidad y las ganas de hacerlo bien. El primer equipo que puso Mel sobre el césped esta temporada para tratar de inaugurar el casillero de puntos no bajó nunca los brazos, tuvo fe y tesón y luchó por llevarse todo el botín en juego hasta que el trencilla dio por concluido el envite. Esas son las razones por las que el aficionado se marchó a casa, ya entrado el lunes, con satisfacción. El técnico bético solo incluyó en el once inicial a dos de las nuevas incorporaciones, Vargas y Pezzella. El resto, eran jugadores del equipo que se proclamó campeón de segunda la temporada pasada. Llamaba la atención el banquillazo de Dani Ceballos, fruto de esas ansías que tiene el muchacho por atender a los cantos de sirena que le llegan desde los equipos grandes. El canterano se ha negado a renovar hasta el momento y no debe tener los cinco sentidos en el equipo que le paga, ese que lo ha encumbrado al proyecto de gran jugador que se supone que es, de ahí que Mel decidiera reservarlo en el banquillo.
Al minuto de juego el conjunto amarillo ya había hecho trabajar a Adán, tras un cabezazo de Soldado que llegó mansamente a las manos del meta madrileño. Sin embargo, fue un espejismo, ya que la tónica general del primer tiempo fue la de un Betis que maniató a su rival y que se fue arriba con todo lo que tenía para desnivelar el marcador. El centro del campo formado por N´Diaye y Xavi Torres se adueñó de la situación con holgura. Especialmente remarcable fue la actuación del centrocampista de Jávea, bien posicionado durante todo el encuentro y aportando trabajo y disciplina, de lo cual se benefició la pareja de centrales, sin apenas sobresaltos hasta que llegó el gol del Villarreal. En la parcela atacante, casi todo el juego pasaba por la banda derecha, donde Piccini, bien asociado con Cejudo, le amargó la noche a Jaume Costa, incapaz de resolver todo el trabajo que se le presentaba. No obstante, ninguno de sus centros llegó en condiciones de generar ocasiones claras de gol. Pasada la media hora, la cobertura bética cometió un clamoroso error tratando de hacer el fuera de juego, y permitió que Soldado, que llegaba habilitado, controlara un centro en segunda jugada, se acomodara el balón y batiera a Adán de tiro cruzado. Resultado injusto a tenor de lo exhibido por ambos equipos pero los errores en primera se pagan caros. El Betis acusó el golpe pero se rehizo y pronto retomó el mando del partido, aunque no le sirvió para nivelar la contienda. La primera jugada polémica del partido llegó cuando Areola, el guardameta del conjunto amarillo, se llevó por delante en su salida a Jorge Molina, cuando ambos se encontraban situados fuera del área pequeña. Los jugadores verdiblancos y todo el estadio al unísono protestaron airadamente la acción, si bien el colegiado dejó sin sanción el claro derribo. Los veintidós hombres enfilaron así el túnel de vestuarios, con un monumental enfado en la grada. El luminoso reflejaba un resultado injusto, fraguado por los errores propios y los arbitrales.
En la segunda mitad el escenario no varió. El conjunto local llevaba el peso del partido pero no acaba de incordiar la meta rival. El Villarreal estuvo a punto de aprovechar alguna contra para certificar el marcador pero no anduvo fino de cara a puerta. Pasada la hora de partido Mel llamó a Ceballos y el jugador fue recibido con división de opiniones. El Betis se hizo un poco más dueño del balón pero se mostraba inoperante en ataque. El delantero Bakambu estuvo a punto de hacer el segundo al poco de ingresar en el partido, tras superar la alocada salida de Adán, pero Vargas rechazó el balón bajo palos. El rechace le llegó a Samu García pero su disparo fue repelido por el larguero, con el consiguiente alivio para la grada. El Betis no se rindió en ningún momento y de tanto intentarlo consiguió el empate. A falta de tres minutos para la conclusión, Piccini recogió un balón rechazado, tras el saque de una falta botada por Vargas, y se sacó de la chistera un tremendo zapatazo que Areola despejó a duras penas. Xavi Torres, en flagrante fuera de juego, cabeceó en plancha el balón que se había quedado muerto pero el meta del Villarreal volvió a despejar el balón, aunque este le quedó franco y expedito a Rubén Castro y lo colocó junto al palo izquierdo para llevar el delirio a los más de 38.000 espectadores que se habían dado cita en el Benito Villamarín. El Betis siguió intentándolo hasta el final pero el empate ya no se movería. Antes del pitido final hubo tiempo hasta para una tangana, de la que salió mal parado el defensor del conjunto castellonense Bruno, que vio la roja por supuesta agresión a un jugador bético. El Betis fue mejor pero el resultado fue justo, ya que, si bien se pudo haber ganado, los tres puntos podrían haber volado hasta Villarreal y nadie se hubiera extrañado de ello. Buen inicio de campeonato, buenas sensaciones, aunque ello no acaba de maquillar las muchas necesidades que sigue teniendo el equipo.
Analizando la labor de los futbolistas del Betis que ayer contaron con minutos, destacaría sobre todo la labor de Piccini, Vargas y Rubén castro. Actuaron así:
Adán cometió errores que pudieron costar al equipo el punto finalmente alcanzado. No pudo hacer nada (o tal vez si) en el tanto del submarino amarillo. No fue su mejor día.
Vargas, todo un correcaminos en la banda, con experiencia y técnica de sobra para adueñarse del flanco izquierdo. El balón parado nace en sus botas y en defensa parece fiable. Incorporación acertada.
Piccini brilló sobre todo en el primer tiempo, muy activo en ataque. Si le respetan las lesiones será el dueño del costado derecho.
Bruno estuvo muy seguro toda la noche. Asentado.
Pezzella anduvo muy nervioso todo el partido. Dejó dudas en su debut. Tiene buena salida de balón. Habrá que darle minutos para su adaptación ya que todo el beticismo espera mucho del zaguero argentino.
Xavi Torres fue la grata noticia del día, ofreciendo un encuentro muy completó en la medular. El equipo notó su inspiración.
N´Diaye aportó sacrificio en la resta, sin embargo tiene muchas dificultades con el balón en los pies.
Cejudo se prodigó bastante en la primera mitad y lo dio todo en el campo hasta que fue sustituido por Ceballos.
Portillo estuvo muy desaparecido en el primer acto. En la segunda mitad generó más peligro, sobre todo tras la incorporación de Ceballos. Debe aportar más.
Rubén Castro. El gol sigue pasando por sus botas. Leyenda viva del Betis.
Jorge Molina. El delantero alcoyano se fajó con bravura con la defensa pero no estuvo acertado arriba.
Ceballos tuvo media hora para demostrar su calidad. Aplausos y pitos tras su entrada, su actuación no fue excesivamente brillante aunque el equipo tuvo más el balón con él en el campo. Enchufado es insustituible en este Betis.
Fabián estuvo voluntarioso como siempre pero apenas influyó en el juego.
Rennella solo estuvo diez minutos en el campo y no demostró estar capacitado para optar a la titularidad. Apenas cuenta para Mel.