El RBB ha anunciado con una escueta nota difundida a través de sus medios oficiales que Eduardo Macià ha dejado de ser el director deportivo de la entidad. Con el técnico valenciano cesan también de sus funciones todo su equipo de trabajo. Era un secreto a voces que el club, tal y como anticipó, ha preferido oficializar tras la disputa del derbi, con el objetivo de la permanencia ya logrado. La semana que viene será presentado el nuevo director deportivo, Miguel Montes Torrecilla según anuncian todos los medios. Torrecilla ha prestado sus servicios en varios clubs hasta que llegó al Celta en 2009, realizando una tarea que le ha proporcionado bastantes éxitos al club vigués. Según apuntan diversas fuentes, los rectores verdiblancos ofrecerán un proyecto a largo plazo a Torrecilla, que firmará un contrato por tres temporadas con una más opcional.
Fue aquella larga y cálida noche de verano, allá por el año 1977. El Real Betis Balompié logró coronarse campeón de la primera Copa del Rey, tras derrotar contra todo pronóstico a un rutilante Athletic de Bilbao. Aquella gesta afianzó ese Manquepierda inherente al club de las Trece Barras, ese aire mágico de una sociedad de ascendencia inequívocamente masónica. Nada de conformismo, siempre a por la victoria, incluso cuando los astros señalan que no es el día.
lunes, 25 de abril de 2016
domingo, 24 de abril de 2016
Sevilla FC vs Betis (2-0)
Han pasado algunas horas ya desde que Velasco Carballo decretara el final de la contienda en el Sánchez Pizjuán. El Betis ha vuelto a caer ante el eterno rival, tristemente, sin plantar cara y sin apenas poner a prueba a Rico, cuya aportación en el partido fue prácticamente testimonial. Al menos, algunos se atreven a afirmar, no nos han metido cinco. Tal vez no estén del todo exentos de razón ya que, visto lo visto, la diferencia entre ambos clubes se ha vuelto a poner de manifiesto de forma casi insultante, para pesadumbre de una afición que se encuentra mucho más que frustrada. Adán y Bruno declararon sin tapujos a la finalización del encuentro que la diferencia existente hoy por hoy entre el Betis y su vecino es abismal y Merino corroboró esa impresión sin tapujos. Es una circunstancia que no se le escapa a nadie pero ello no debe ser excusa a la hora de elaborar esta crónica. En Heliópolis no acaban de acertar con el tejido de unas estructuras que coloquen deportivamente a este equipo en el sitio donde realmente debe estar. Desgraciadamente, la temporada que viene el equipo deberá ser remodelado de nuevo en todas su áreas ya que los rectores béticos tienen que buscar al director deportivo que supla a Macià, al entrenador que reemplace a Merino y ¿cuántos? ocho o diez futbolistas, por lo menos, que mejoren el nivel mediocre alardeado durante toda la temporada. En fin, hartazgo, asco, cansancio y casi indiferencia.
Por mucho aliento de despedida que se brinde, muchos #hashtags que se confeccionen y muchas camisetas que se exhiban por las cuatro esquinas de esta ciudad, cuando no se puede, no se puede. Y, como decía aquel, además es imposible. Ya lo hemos referido en diversas ocasiones pero es necesario incidir hasta la extenuación en la diferencia existente entre ambas entidades, algo que, por respaldo social, no debiera ser tan palpable. El Betis salió enchufado al partido. Presionaba arriba la salida de balón del rival y lograba que los minutos fueran pasando sin que se moviera el empate inicial. Merino sorprendió con Bruno jugando en el lateral derecho y Montoya, que regresaba al once, por el izquierdo, con Pezzella y Westermann en el centro de la zaga. Joaquín y Musonda salieron con brío pero entre la escasez de acierto arriba y que el equipo no era capaz de dar dos pases seguidos, el Sevilla se adueñó sin mayores problemas de la posesión y del partido. Sergio Rico era un espectador de lujo y las ocasiones empezaron a llegar para el cuadro nervionense, aunque no logró atinar con la meta de Adán. El cero a cero inicial fue el resultado con el que concluyó el primer tiempo, con un Betis tratando de dar la cara pero con escasos argumentos futbolísticos.
El comienzo de la segunda mitad evidenció que el paso por vestuarios no había servido para nada. Se repetía la misma tónica del primer acto, con un equipo verdiblanco plano e inoperante, absolutamente desprovisto de calidad para inquietar el marco sevillista. Cejudo, que suplió a un errático Musonda, pudo haber inaugurado el marcador, pero el gran chut desde la frontal del cordobés fue desviado a córner por Rico sin demasiadas complicaciones. Westermann remató dentro del área pero el balón se marchó algo desviado junto al palo derecho de Rico. Ahí se acabó la pólvora heliopolitana. Sobrepasada la hora de partido Nzonzi alcanzó la línea de fondo y su centro, tras tocar en Pezzella, llegó franco a Gameiro quien, libre de marca, cabeceó a la red para hacer el primero de la tarde. Incomprensible que el ariete galo apareciera como Pedro por su casa sin que nadie de la zaga pudiera incomodarle en la acción que encarriló el encuentro. A renglón seguido Merino retiró a Joaquín del partido, dando entrada a Van Wolswinkel pero el equipo siguió sin crear peligro, ahogado en la presión sevillista y en su propia incapacidad. Restando diez minutos para la conclusión, Coke, que acababa de ingresar en el campo, hizo el segundo y definitivo tanto con un zapatazo soberbio desde fuera del área ante el que Adán nada pudo hacer. Partido visto para sentencia que fue languideciendo al ritmo que los locales impusieron. El técnico verdiblanco puso en el campo a Fabián en lugar de un trabajador Petros pero el marcador ya no se movería. Imagino que Merino quiso de alguna manera justificar la convocatoria del palaciego en el partido cuando el filial, que había logrado un inservible empate en el derbi chico disputado por la mañana, se estaba jugando la vida y su presencia allí era mucho más relevante. Nueva debacle, nueva mofa, misma guasa y el aficionado que solo espera que este consejo de administración haga recalar en este equipo a profesionales válidos que no arrastren más el escudo de las trece barras.
viernes, 22 de abril de 2016
Acto para Convertir el Derbi Sevillano en un Partido Civilizado
Esta es sin duda la dirección correcta. En un acto conjunto, en el que han comparecido los presidentes y capitanes de ambas instituciones, se ha querido poner de manifiesto que "Con este acto conjunto del Real Betis Balompié y el Sevilla, queremos mostrar a toda Sevilla y a toda España como se debe vivir un derbi. El domingo jugamos un partido de fútbol muy importante para los dos equipos. Todos los aficionados, todos los jugadores y todos los directivos sabemos que es un encuentro en el que nos jugamos mucho", según señalaba el mandamás heliopolitano, Ángel Haro. Todos han querido resaltar que los valores más importantes que hay que resaltar es la deportividad, la entrega y la cordialidad, dentro de la máxima rivalidad reinante entre ambos conjuntos. Luego, dependiendo del resultado, habrá tiempo para la guasa y para las risas, que al fin y al cabo, es de lo que se trata.
miércoles, 20 de abril de 2016
Betis vs UD Las Palmas (1-0)
El RBB ha logrado esta noche una importante victoria, merced a un solitario gol de Van Wolfswinkel en el tramo final del encuentro, encarrilando de forma casi definitiva el objetivo de la permanencia. De hecho, si mañana se dan una serie de resultados en los encuentros que deben dirimir los equipos de la zona baja, la mediocre meta propuesta para esta temporada podría materializarse de forma matemática. No obstante, los tres puntos logrados no deben tapar el paupérrimo encuentro disputado por este Betis de Juan Merino. El técnico de la Línea tuvo que recomponer la defensa debido a las ausencias de Montoya y Vargas, siendo Molinero y Varela los que ocuparon los laterales, para fatalidad de un equipo de por si plano y carente de verticalidad. Ambos serían sustituidos en la segunda mitad tras una exasperante demostración de incapacidad. Ceballos se colocó por delante de Kadir y N´Diaye, Joaquín en la mediapunta y un inoperante Kadir en banda derecha. El primer tiempo fue tedioso hasta la extenuación, de rimo estival, soporífero. Las Palmas tocaba y tocaba, eso si, sin apenas inquietar el marco de Adán. Mientras tanto, los locales corrían detrás del balón, incapaces de hacerse con la posesión e inhabilitados del todo para generar ocasiones de peligro, para desesperación de los más de 30.000 que tuvieron que soportar el esperpento. Cierto es que el colegiado de la contienda anuló un tanto legal de Castro que definió a la perfección tras recibir de Kadir y podría haber modificado el escenario. El mismo Vicandi Garrido volvería a ser protagonista en las postrimerías del primer tiempo al mostrarle a Aythami la segunda amarilla por empujón a Rubén Castro. Previamente, el zaguero amarillo había sido amonestado por una fuerte entrada a Petros y tras dejar a su equipo con diez permitió que el camino se quedara algo más allanado para los verdiblancos. Antes de que el colegiado decretara el descanso el Betis dispuso de algunos acercamientos, gracias a un par de buenos servicios de Joaquín, que hoy volvió a cuajar otro aceptable encuentro, pero ambos equipos enfilaron el camino a los vestuarios con el resultado inicial campeando en el luminoso.
La diferencia numérica en el terreno apenas se notó, situación que acabó por enfadar al respetable. Con veinticinco minutos por delante Merino ya había realizado los tres cambios, dejando una defensa de tres, con Cejudo muy adelantado por banda derecha junto a los dos centrales, que apenas pasaron por apuros. Musonda trató de incrementar varias velocidades el ritmo del encuentro tras reemplazar a un ineficaz Kadir, algo que no resultó demasiado difícil. Ceballos se dejó todo lo que tenía en el campo y estuvo a punto de inaugurar el marcador, sacándose un disparo desde la frontal que se marchó junto al palo derecho de Lizoain. Posteriormente Castro y Van Wolfswinkel se molestaron mutuamente cuando estaban en situación franca para batir al meta canario. Restando seis minutos para la conclusión Ceballos asistió a Van Wolfswinkel y el ariete tulipán se estrenó por fin en el campeonato liguero para darle tres puntos vitales a su equipo. Hasta el pitido final apenas hubo incidencias reseñables y con los puntos amarrados el aficionado pudo por fin respirar tranquilo. Ahora si, licencia para pensar en el derbi del próximo domingo en Nervión. Resulta difícil imaginárselo pero esta plantilla está en deuda con la afición y debería redondear la salvación con una alegría ante el estreno rival.
domingo, 17 de abril de 2016
RC Celta vs Betis (1-1)
El punto logrado esta noche en Balaidos a priori hubiera sido acogido como un resultado positivo, en pos del objetivo planteado por el club para esta temporada que está llegando a sus últimas jornadas. Sin embargo, a la vista de los acontecimientos, el punto cosechado en tierras gallegas ha dejado un sabor agridulce en el paladar de plantilla y aficionados. Aún a costa de pecar de injusto, habría que señalar que Adán y Castro, los dos grandes puntales de un equipo rácano y desprovisto de calidad, no tuvieron hoy su noche en momentos puntuales del encuentro. Es de sobra conocido que son ellos y solo ellos los auténticos valedores del RBB, jugadores que han propiciado con sus actuaciones que el objetivo de la permanencia sea a estas alturas prácticamente un hecho, y es una pena que una noche poco afortunada de ambos haya impedido que todo el botín en juego haya volado a Sevilla. Rubén Castró tuvo en sus botas hasta en tres ocasiones la oportunidad de haber decantado el marcador del lado bético pero perdonó donde no suele hacerlo. Además, Adán, un seguro para el arco heliopolitano, pudo hacer algo más en el tanto del empate vigués. Para colmo, Juan Merino, muy discutido en las últimas jornadas, no atinó con los cambios y dejó al equipo sin apenas presencia en el tramo final del encuentro, sin argumentos para la circulación del balón y el ataque.
El técnico bético optó esta noche por poblar el centro del campo de inicio, con N´Diaye, Ceballos y Petros, que regresaba al once tras permanecer tres jornadas sin minutos. En las bandas aparecían Musonda y Joaquín y en la punta de ataque la única referencia era Rubén Castro. El cuadro bético salió enchufado al partido y a los pocos segundos del arranque Castro provocó una falta en la frontal del área céltica que sacaría Joaquín sin consecuencias. Poco después sería Musonda el que probaría suerte desde lejos pero su lanzamiento se marchó desviado, por encima del arco de Rubén Blanco. El Celta fue tomando el mando del partido y llegaron los primeros problemas para la meta de Adán. El meta madrileño evitó el primer tanto, desviando el taconazo de un activo Guidetti que fue repelido previamente por el poste. El cuadro celeste comenzó a triangular con gran rapidez y el Betis se las vio y se las deseó para contrarrestar la gran verticalidad desplegada por los hombres de Berizzo. Incapaz de librarse de la presión local, al Betis le costaba un mundo sacar el balón jugado, una dolencia recurrente a lo largo de toda la temporada y que provocó una vez más que el rival recuperara la posesión en zona de tres cuartos, con el evidente peligro que ello entraña. Planas aparecía una y otra vez por la banda de Molinero, sin que el toledano pudiera hacer frente al caudal de juego ofensivo propuesto por el lateral celeste, bien secundado por Nolito. Superado el cuarto de hora el Celta aflojó el ritmo y el Betis comenzó a merodear el área rival y en el minuto 23 llegó el tanto bético. La jugada fue iniciada por Ceballos, el balón llegó a Castro y aunque su intento de desborde fue cortado por la cobertura el rechace le llegó a Montoya, quien, a trancas y barrancas, se abrió hueco en línea de fondo y la puso para que N´Diaye empujara a placer en boca de gol. El tanto asentó a los hombres de Merino, que fueron imponiendo el ritmo que les convenía, radicalmente opuesto al planteado por los locales en los compases iniciales del encuentro. A la media hora sería Joaquín el que, tras una excelente jugada personal, enviaría el esférico al palo. Castro recogió el rechace y volvió toparse con la madera pero la jugada estaba ya anulada por situación antirreglamentaria del canario. Instantes después sería Guidetti el que abriría a banda para que Beauvue colocara el balón en el interior del área. El remate de Nolito fue desbaratado por Adán tras una magnífica intervención y el balón suelto lo mandó Orellana a las nubes. El Celta acrecentó de nuevo su dominio y el Betis se vio de nuevo embotellado en el área, pasando verdaderos apuros para mantener la ventaja que tenía en el marcador. Los últimos minutos del primer acto estuvieron marcados por las lesiones ya que Wass y Beauvue tuvieron que abandonar el partido por lesión, circunstancia que ralentizó el juego y permitió que los jugadores enfilaran el camino de los vestuarios sin incidencias de cara al marcador.
El cuadro local se fue con todo a por el empate, volcándose a la desesperada con muchos jugadores por delante del balón. A los tres minutos de la reanudación una contra del Betis dejó a Castro solo delante del meta gallego pero el delantero bético falló en el uno contra uno, algo a lo que no nos tiene acostumbrados. Instantes después volvería a marrar el canario una ocasión clara, desbaratada en última instancia por Rubén, que tapó bien el hueco. El Celta seguía imponiendo un ritmo altísimo de juego pero no tenía suerte de cara a la puerta de Adán. La cobertura bética se fajó en la noche de hoy con bastante solvencia, atenta siempre al vertiginoso juego de los locales. Al cuarto de hora tendría que intervenir de nuevo Adán, esta vez a un disparo de Aspas. La jugada continuó tras el rechace del arquero verdiblanco pero el lanzamiento de Radoja se marcharía alto. El Betis volvería a tener una gran ocasión, esta vez por mediación de un gran Joaquín, que estuvo a punto de convertir en gol el lanzamiento directo de un córner. La repetición de la jugada no aclara si el balón llega a rebasar completamente la línea de gol. Restando 20 minutos para la conclusión del encuentro llegó el momento anecdótico del encuentro, después de que Bruno tuviera que ser atendido en la banda. La camiseta del zaguero bético estaba manchada de sangre y se tuvo que enfundar una de Portillo para regresar al terreno e juego al no disponer de una suya de recambio en el banquillo. El Betis ha aclarado a la finalización del encuentro que el juez de la contienda permitió la situación, aclarando el incidente y cerrando el paso a guasas que muchos tendrían ya preparadas para ser esparcidas. Sería ya en los últimos compases del encuentro cuando tendría que colocarse Bruno una camiseta con su nombre, justo en el momento en el que el propio Portillo saltó al terreno de juego para reemplazar a Musonda. Restando un cuarto de hora Merino debió entender que el resultado era bueno y retiró del partido a Joaquín, que había cuajado un gran encuentro. Sin Joaquín ni Ceballos, sustituido minutos antes por Cejudo, en el campo el ataque bético se acabó por descabezar. De Burgos Bengoetxea anuló un tanto a Guidetti por supuesto fuera de juego previo de Nolito, que había asistido al ariete sueco. Dos minutos después llegó el tanto del empate céltico, con una jugada en la que el recién ingresado Pablo Hernández recogió un balón en la frontal y disparó con la puntera al fondo de la red. El delantero argentino sorprendió a Adán, que se venció hacia la derecha y dejó desguarnecido su palo. Aprovechando la inercia del empate, el Celta apretó arriba a un Betis que ya no salía a la contra porque no tenía argumentos en el campo. A cinco minutos para la conclusión Cabral sacó bajo palos un flojo remate de Castro, que con todo a favor volvió a fallar de cara al marco rival. Instantes después sería Aspas el que estuvo a punto de lograr el segundo tanto para su equipo pero el disparo de tacón del de Moaña se marchó algo por encima del travesaño. Los minutos de descuento discurrieron entre rifirrafes y poco juego y se perdió cualquier opción para que el marcador pudiera desequilibrarse de uno u otro lado. El empate final no fue un buen resultado para los gallegos, en su propósito de intentar alcanzar la cuarta plaza y al Betis el punto conseguido le permite mantener los 9 de ventaja con respecto a los puestos de descenso. La permanencia será casi matemática en caso de lograr la victoria el martes ante la UD Las Palmas el martes en Villamarín.
martes, 12 de abril de 2016
La Plantilla del Betis Disfruta en el Real de la Feria
El Presidente Haro posa junto a los capitanes en el recinto ferial. |
La primera plantilla bética, con la única excepción de Rubén Castro, el cuerpo técnico al completo y una nutrida representación del consejo de administración han acudido este mediodía al recinto del Real para disfrutar del tradicional almuerzo de Feria. El vital triunfo logrado el pasado sábado ante el Levante, que ha situado al cuadro heliopolitano 9 puntos por encima de los puestos de descenso, ha permitido que este acto tenga lugar con el objetivo de la temporada prácticamente alcanzado. El presidente Ángel Haro, no obstante, ha estado acertado al pedir prudencia ya que la permanencia aún no se ha logrado de forma matemática. Tan pronto como los números certifiquen la presencia del conjunto verdiblanco en la élite la próxima campaña comenzarán a oficializarse algunos de los planes que el órgano rector verdiblanco tiene previsto ejecutar a corto plazo, como el relevo de Macià como encargado de la dirección deportiva, la fecha de comienzo de las obras de gol sur, la confección de la nueva plantilla y otros asuntos que mantienen en vilo a la afición.
domingo, 10 de abril de 2016
Betis vs Levante UD (1-0)
Demencial. Resulta lastimoso ser testigo de la indignidad de un equipo que no se cansa de alardear siniestramente su manifiesta indigencia, conducta que, a pesar de haber sido seña de identidad durante buena parte de su centenaria historia, no deja de ser reprochable. Lo peor es que el respetable sigue sin saber cuando alguien podrá poner fin de una vez por todas a esta tendencia suicida que reina en todos los estamentos del club. El Betis deambula por el césped con una ruindad execrable, con actitud indolente y falta carácter, con una ausencia de recursos que casi desprestigia la práctica de este deporte, para padecimiento de unos aficionados que ya no saben a quien culpar. Sin patrón definido de juego, el equipo de Merino ha entrado en una dinámica claramente descendente, exhibiendo con insistencia errores recurrentes como la distancia entre líneas, una escasa cohesión y una nula verticalidad. El Betis avergüenza a los suyos con una carencia de calidad obscena. Esta penuria deja al aire, sin duda, la incompetencia de una nauseabunda planificación. No obstante, todos estos síntomas han sido minimizados, una vez más, gracias a la aportación de un jugador que ya es leyenda en Heliópolis, un jugador que no precisa casi nada para convertir en oro el pedernal. Rubén Castro rentabilizó el único tiro a puerta de su equipo con tres puntos que prácticamente certifican la permanencia. El delantero canario convirtió anoche su decimoséptimo tanto de la temporada y gracias a su clarividencia el Betis podrá, a buen seguro, seguir jugando entre los grandes una temporada más. Pero sería de una insolencia inaudita dejar de ver las incontables lagunas que tiene este equipo, a nivel táctico y de calidad de los hombres que se enfundan cada fin de semana la camiseta. Tanto trabajo queda por delante que este verano deberá ser de nuevo revolucionario en el capítulo de altas y bajas.
Mucho se había hablado durante toda la semana de la excelente implicación de los futbolistas y del extra de motivación que tenían para sacar este partido adelante. Calificado por ellos mismos de auténtica final, el vestuario se había conjurado para dejar los tres puntos en casa, a sabiendas de lo que ello implicaba de cara al objetivo. Había que morder primero, tirar primero, marcar primero pero solo lo último se cumplió. Es cierto que al final lo que cuentan son los puntos pero el deleznable partido ofrecido por los verdiblancos debe ser puesto de manifiesto por encima de todo, si en algún momento queremos dejar de lidiar en la zona mezquina de la tabla clasificatoria. Merino colocó de inicio un bloqueo organizado con un 4-4-2, con Joaquín y Musonda por los flancos, N´Diaye y Ceballos por dentro en la creación y los dos puntas más repetidos y celebrados de los últimos años, Molina y Castro. Desde el principio fueron los visitantes los que tuvieron el peso del partido y las ocasiones. Antes de que se cubriera el primer minuto de juego Adán tuvo que interponerse en el primer intento grandota. Más tarde sería Verdú el que marraría incomprensiblemente ante la meta de Adán, tras buen centro de Casadesús. El acercamiento más importante del Betis en toda la primera mitad llegó tras la internada de una activo Musonda pero el remate de Castro fue repelido por Mariño. Minutos después fue Rossi el que penetró entre los centrales béticos como cuchillo en mantequilla pero su lanzamiento se estrelló en el lateral de la red. Posteriormente sería Medjani el que, a la salida de un córner, se elevaría con autoridad en el área pequeña pero la parada abajo de un inconmensurable Adán, de nuevo decisivo, impidió que el cabezazo se convirtiera en el primero de la noche. Como no podía ser de otro modo, tras el pitido final de un protestado Prieto Iglesias, llegó la sonora bronca de los más de 37.000 espectadores que se dieron cita en Villamarín para alentar a los suyos y volvieron a sentirse decepcionados por el grupo que los representa.
En el segundo tiempo el panorama no cambió demasiado aunque los hombres de Merino intentaron irse arriba y arrinconar a su rival. No obstante seguiría siendo el Levante el que tendría las ocasiones para inaugurar el luminoso. Lerma, por partida doble, lo intentó sin éxito desde fuera del área. Se mostraba incapaz el Betis ante un colista, que, sin excesiva convicción, se presentaba una y otra vez en el balcón del área. Era incomprensible la pérdida de tiempo de los hombres de Rubí, que llegaban a Villamarín jugándose la vida. El público se impacientaba y el cambio de piezas (Ricky por Molina) dispuesto por el técnico bético no hacía cambiar el panorama. A falta de 20 minutos para la conclusión Cejudo reemplazó a un lesionado Molinero y sería precisamente el cordobés el que, tras una galopada de Musonda, colocaría de forma exquisita un centro para que Castro, quien sino, rematara a la red el tanto de la victoria y casi de la salvación. El ariete bético irrumpió en posición correcta y peinó el balón sin que Mariño pudiera hacer nada para atrapar el balón. En este tramo final del partido los locales supieron jugar con el tiempo y, salvo una internada de Morales tras centro envenenando de Verdú, que encogió el corazón del público, los minutos se consumieron y nada comprometió la agónica victoria verdiblanca. Ya no sé si los rectores heliopolitanos son capaces de, a la vista de lo exhibido durante toda la temporada, recomponer la plantilla para dar el salto de calidad que esta entidad demanda y, definitivamente, creo que debe asumir. Pericia, aptitud y profesionalidad. ¿Tenemos?
lunes, 4 de abril de 2016
Fútbol Draft 2016
El Comité Técnico celebrado esta mañana en la Ciudad del Fútbol de las Rozas, con Iñaki Sáez a la cabeza como presidente, ha elegido a los 132 aspirantes a los premios de la cantera, en su undécima edición. Fútbol Draft 2016 quiere premiar a los mejores futbolistas nacionales con edades comprendidas entre los 16 y los 20 años. Entre los elegidos se encuentran 5 futbolistas que pertenecen a la disciplina del RBB, a saber, Dani Ceballos, Fabián, José Carlos, Ignacio Abeledo y Antonio Segura "Toni". Los Comités serán los encargados de ir descartando a los participantes en diversos cortes. Tras el primer de ellos quedarán 77 futbolistas, después 55 y por último 33, que serán los integrantes que conformen los onces de Oro, Plata y Bronce.
José Carlos, Bético Hasta 2019
El club ha comunicado este mediodía que el canterano José Carlos ha ampliado su vinculación con el cuadro heliopolitano hasta 2019. El joven defensa se ha ganado la renovación gracias a sus buenas actuaciones en el Betis B, donde es un fijo en las alineaciones titulares. Además, el zaguero cuenta con la confianza de Albert Celades, siendo un habitual en las convocatorias de la Rojita, tras haber participado también como internacional en los éxitos de la Sub-19. El jugador, en el que el club tiene depositadas muchas esperanzas, ha mostrado públicamente su satisfacción, declarando que “estoy muy contento, esperemos que sea la primera renovación de muchas. Es un paso adelante muy grande, y solo decirle a los chavales que ahora están en la Cantera que con trabajo y sacrificio todo el mundo puede conseguirlo.”
sábado, 2 de abril de 2016
Atlético de Madrid vs Betis (5-1)
Tercera derrota consecutiva y enésimo bochorno. Si la afición siente lo mismo que yo, a esta hora de la tarde estará digiriendo sensaciones muy cercanas al hartazgo y a la vergüenza ajena. Esto que incrusto un poco más abajo es un extracto de mi cuenta de Twitter, comentarios tecleados a golpe de fastidio donde exteriorizo mi cansancio con esta entidad a la que decidí concederle de pequeño mis simpatías balompédicas. Lo escribí cuando el equipo naufragaba a la deriva sobre el césped del Calderón, el estadio que nos encumbró dos veces como campeones de España. No encuentro otra manera de expresar lo que siento en estos momentos. Hasta me llego a ruborizar cuando, con el amargor de mis tripas, llego a maldecir aquel momento, hace más de cuarenta años, en el que me topé con un tipo entrañable que, muy lejos de mi Sevilla natal, me inculcó esta irreflexiva devoción que después yo le he inculcado a mi hijo.
El Betis de Merino parece haber entrado en barrena. Y lo hace en el peor momento de la temporada. El objetivo parece estar al alcance de la mano pero todos sabemos de lo que este equipo es capaz y de los sonados batacazos que ha protagonizado a lo largo de su centenaria historia. No solo es Merino el que parece estar quedando en entredicho en las últimas semanas, se trata en realidad del proyecto entero el que da la sensación de desmoronarse. Los refuerzos que han llegado de la mano de Eduardo Macià no están dando la talla, de hecho la columna vertebral del equipo (va siendo hora de decirlo), si atendemos al número de minutos jugados en lo que llevamos de curso, está conformada por Adán, Bruno, N´Diaye y Castro, jugadores todos que defendían la camiseta verdiblanca el año pasado, cuando el equipo militaba en segunda división. La pareja de centrales hoy titular, Westermann y Pezzella, definitivamente no tiene el nivel suficiente para competir en primera división. El alemán muestra una lentitud obscena y el argentino una falta de competencia insultante para la vista. Es por ello por lo que no entiendo la suplencia de Bruno en las dos últimas jornadas, que sin ser nada del otro mundo, si parece haber demostrado ser el mejor central de la plantilla.
N´Diaye y Ceballos cuajaron un partido aceptable. El canterano parece ir adquiriendo madurez para convertirse en el buen proyecto de futbolista que es. Hoy se echó el equipo a la espalda, circunstancia que resultó del todo insuficiente para un encuentro de la exigencia que el conjunto heliopolitano afrontaba en la tarde de hoy. Y eso que los hombres de Simeone sestearon buena parte del encuentro, no exagero si afirmo que jugaron andando, pensando más en el encuentro de Champions del próximo martes, sin hablar de las innumerables bajas que presentaba en el once. El Betis no lo hizo mal hasta que encajó el primer tanto. Durante esos primeros treinta y cinco minutos de envite los de Merino mantuvieron a raya a los colchoneros, imponiendo su ritmo cansino, bien cerrados atrás y sin conceder opciones. Ceballos y Musonda llegaban con cierta frescura aunque sin generar peligro real de cara a la puerta rival y N´Diaye se multiplicaba para desbaratar el poco peligro generado por los locales. Sin embargo, cuando peor lo pasaba el Atleti, Koke recogió una mala salida de balón en la medular, la puso en largo para la carrera de Torres y el de Fuenlabrada la picó con habilidad ante la salida de Adán, con Westermann como indecente testigo de excepción. Cinco minutos después llegó la impresionante pifia de Adán, quien incomprensiblemente se tragó un balón centrado por Griezmann que se coló mansamente en su marco sin que nadie interviniera en la jugada, lo que despistó al espléndido meta bético. Con el 2-0 en el luminoso se acabó el partido.
El paso por vestuario solo hizo empeorar la tétrica imagen del Betis. Los dos goles encajados en la recta final del primer tiempo fueron una losa que cayó encima de las exiguas esperanzas que tenía la expedición bética de pescar algo positivo en el Manzanares. Tuvieron los verdiblancos dos ocasiones de recortar las distancias en el arranque del segundo tiempo pero todo fue un espejismo. Saltaron al campo Kadir y Damiao por unos desaparecidos Fabián y Cejudo y el panorama decayó hasta el bochorno. A los veinte minutos de la reanudación Juanfran recogió un buen centro desde la otra banda y el lateral rojiblanco ingresó en el área sin que la presencia de Musonda le impidiera fusilar a placer a un desconsolado Adán. Pocos minutos después Castro anotó su decimosexto tanto de la temporada tras error de un inédito Oblak, tal vez el único que le hemos visto desde que se adueñó del arco atlético. El esloveno falló al retener un centro de Damiao que no entrañaba peligro alguno y el rechace lo recogió Castro para anotar el tanto del honor. El gol solo sirvió para maquillar momentáneamente el marcador ya que en la recta final del encuentro llegaron dos zarpazos más que redondearon la manita e hicieron sonrojar a la nutrida parroquia verdiblanca que se dio cita en el Calderón para alentar a los suyos. Estos valerosos sufridores y todos los que seguimos el encuentro desde el televisor nos empapamos de esa horrenda realidad que abandera a un equipo desalmado. En el cuarto tanto Westermann y Pezzella volvieron a dejar en mal lugar al director técnico que los trajo a Villamarín en verano y en el quinto el morenito Thomas remachó a placer sin que nadie le entorpeciera en su maniobra. Al concluir el encuentro Rubén Castro expresó en zona mixta que la cita ante el Levante del próximo fin de semana es crucial. No le falta razón al canario, por más que nos pese, que esa es nuestra liga. Esperemos que tenga razón el bravo ariete verdiblanco y el equipo de nuestras desgracias sea capaz de sacar ese encuentro adelante y, de paso, sepa cerrar de una vez por todas el escuálido objetivo marcado para una temporada que parece hacerse ya muy larga.
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