El tanto anotado por Castro esta noche no sirvió para sacar nada positivo de la visita a Anoeta |
Tras las buenas sensaciones que había dejado el equipo en los dos últimos encuentros disputados ante Villarreal y Real Madrid, dos rivales que compiten por objetivos infinitamente más ambiciosos que el nuestro, esta noche el RBB volvió a las andadas y, tras firmar una primera parte horrorosa e indecente, los puntos en juego se quedaron en Anoeta y los puestos de descenso comienzan ya a acechar de forma peligrosa. Parecía que los empates logrados en las dos jornadas anteriores iban a determinar la senda a seguir por este Betis de Merino pero los primeros cuarenta y cinco minutos ofrecidos hoy penalizaron demasiado a un equipo con poca chispa y nula intensidad.
Desde el pitido inicial se observó a un equipo que no era capaz de conducir el balón más allá de dos o tres pases seguidos. Merino parece tener claro el once que ofrece mejores prestaciones pero hoy tuvo que realizar rotaciones por culpa de las lesiones. Así, los laterales eran ocupados por Molinero, cubriendo la lesión de Piccini (imagino que Macià habrá comprendido que la baja del italiano debe ser cubierta con otro efectivo) y Varela, supliendo al sancionado Vargas. En la medular, Portillo ocupó la baja por lesión de Kadir, al que Merino le ha otorgado un papel importante desde su llegada. A merced de los locales, el juego discurrió desde el comienzo merodeando el área defendida por Adán y, pasado el primer cuarto de hora, Héctor colocó un centro en el área desde el costado izquierdo que Xavi Prieto cabeceó a placer, sin que la presencia de Varela supusiera mayor obstáculo para el jugador realista. Lo hemos denunciado y advertido en varias ocasiones, Varela no da la talla como jugador de primera división y en la jugada del primer tanto volvió a quedar claro que no se trata de una reflexión caprichosa, aunque los rectores de la parcela deportiva parecen no haber advertido la falta de presencia, velocidad y calidad técnica del canterano de Atarfe. El Betis no reaccionó al gol local y sobrepasada la media hora de juego Rubén Pardo botó una falta a la espalda de los centrales e Íñigo Martínez cabeceó a la red sin que Adán pudiera hacer nada para evitarlo. La ejecución del golpe franco fue medio gol y la displicencia de la cobertura bética puso el resto. 2-0 y sin señales de vida de los que hoy vestían completamente de verde.
Mi abuela hubiera actuado igual que lo hizo Merino tras el paso por vestuarios. Las sensaciones habían sido pésimas y el partido había que voltearlo de cualquier manera. Así que el bravísimo técnico heliopolitano movió el dibujó y realizó dos cambios, dejando en el vestuario a Molinero y Fabián y dando entrada a Joaquín y Van Wolfswinkel. Enseguida se notó un cambio en el equipo y a los cinco minutos de la reanudación Van Wolfswinkel se desmarcó por banda derecha y asistió a Rubén Castro, que aparecía libre de marca en el área, para recortar distancias y, de paso, acabar con una sequía anotadora que se había prolongado por espacio de 8 jornadas. La Real Sociedad acusó el golpe y el Betis se adueñó del balón, si bien nunca llegó a disponer de ocasiones de verdadero peligró. El empate pudo llegar en alguna acción, incluso dio la sensación de que el colegiado escamoteaba un penalti claro a los visitantes, pero la Real poco a poco fue recuperando el equilibrio y el Betis no logró equilibrar el marcador. Al final de la contienda, resultado muy desfavorable para los verdiblancos que se vuelven de vacío de San Sebastián, notando ya el influjo de la zona de descenso muy cerca. Un primer tiempo para olvidar rompió la dinámica ascendente experimentada por el equipo. Habrá que ver si llegan refuerzos ya que el equipo parece ir descomponiéndose poco a poco.