Rubén Castro no falló desde los once metros el regalo de su tocayo franjirrojo |
Lamentable encuentro el disputado esta tarde por el RBB en el Nuevo Estadio Los Cármenes de Granada. Tras la pobre imagen ofrecida el pasado fin de semana ante el RCD Español, encuentro saldado con una clara derrota, la actuación de hoy solo ayuda a que se enciendan algunas alarmas. El punto logrado hoy se puede considerar excesivo para los méritos de unos y otros. Siendo un excelente botín puntuar fuera de casa, el pobre rendimiento del equipo no invita demasiado al optimismo y da la sensación de que el equipo se está descomponiendo poco a poco. Además, el recuerdo de la temporada de la vergüenza está demasiado cercano todavía y... El equipo se muestra endeble en la línea de creación, carente de ideas que ayuden a conectar con los de arriba. Los jugadores que se encargan de la resta parecen llegar siempre tarde a las jugadas, desubicados y erráticos. Para colmo, los errores garrafales en defensa, esas jugadas absurdas que hacen volar los puntos del casillero, comienzan a aparecer para meter el miedo en el cuerpo a los aficionados. Por cierto, la hinchada bética no ceja en su empeño de defender sus colores con una pasión que asombra a propios y extraños. Más de dos mil béticos llenaron de color verde parte del graderío de los Cármenes y ellos mejor que nadie fueron testigos del pésimo partido ofrecido por los suyos.
El técnico bético, de nuevo discutido por el once desplegado y las decisiones tomadas durante el encuentro, volvió a confiar en N´Diaye y petros por dentro, con Portillo por delante y Joaquín en banda diestra. Arriba, el entrenador recuperó la dupla de delanteros, con Rennella, supliendo la baja de Molina, situado junto a Castro. Los hombres de Mel saltaron al césped del feudo granadinista dormidos, algo que está empezando a convertir en usual. Es intolerable que unos profesionales de primera división se presenten en cualquier campo con semejante empanada. Solo habían transcurrido un par de minutos de la contienda y Westermann, otras veces espléndido, cometió un error imperdonable en el control del balón, imprecisión de la que supo aprovecharse Foulquier. El lateral francés del Granada recogió el balón robado, se plantó solo delante de Adán y lo batió con comodidad por debajo. Una vez más el Betis se ponía por debajo al comienzo del encuentro y tocaba remar a la contra para sacar algo positivo. Los verdiblancos, ayer de azul, no dieron síntoma de mejoría y tuvo que ser Adán, con varias actuaciones de mérito, el que mantuviera al equipo con vida. Pasada la media hora de juego el colegiado anuló correctamente un gol a Westermann. Rubén Castro asistió al central teutón en posición antirreglamentaria y Mateu Lahoz anuló la jugada correctamente. Sin embargo, algunos minutos después, Rubén Pérez, en un error aún más calamitoso que el cometido al inicio del envite por Westermann, devolvió el favor al Betis, concediendo un penalti absurdo. El centrocampista granadino, ex del Betis, desvió con la mano, como si de baloncesto se tratara, un balón centrado por Varela desde la esquina. La pena máxima sin discusión fue ejecutada por Rubén Castro para devolver las tablas al marcador.
En el segundo acto el ritmo cansino continuó aburriendo al respetable. El partido apenas tenía ocasiones de peligro. Mel dio entrada a Ceballos por Rennella y el equipo tuvo más tiempo el balón, si bien, nadie de la medular logró conectar con Rubén Castro, demasiado solo en la punta de ataque. Las imprecisiones eran frecuentes en ambos bandos pero el dominio del esférico fue pasando paulatinamente a los locales. El conjunto local también lo intentaba a la contra pero apenas intimidó el arco defendido por Adán, el mejor de los suyos en la tarde hoy. Tal vez por este motivo, a falta de diez minutos para la conclusión Mel retiró del campo a Joaquín para dar entrada a Digard, un cambio que no se acaba de entender del todo. Las escasas opciones que había de llevarse la victoria del campo del colista se acabaron de venir abajo, decisión, como la de dejar a Ceballos en el banquillo de nuevo, que no ha caído demasiado bien entre los aficionados. El encuentro fue muriendo sin que las porterías se vieran inquietadas, situación que desembocó en el empate final. Pobre imagen del equipo bético que, con el punto logrado, seguirá situado en la zona media de la tabla. Deberá mejorar mucho sus prestaciones el cuadro heliopolitano para lograr la victoria el próximo domingo en Villamarín ante el Ath. Bilbao.